Iker Jiménez da la cara por el policía denunciado por impedir que un joven se lleve dos niñas al baño

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Iker Jiménez en Telecinco esta noche
Diana Arias

Un policía de Zaragoza va a acabar siendo juzgado por detener al joven que intentó llevarse a dos niñas al lavabo. Todo sucedió el pasado mes de agosto en una playa de Salou. Un joven de 22 años sugirió a dos niñas de 7 años que se fueran con él y un agente que no estaba de servicio lo detuvo. Después, fue denunciado por el presunto pederasta por causarse lesiones leves cuando le redujo. Iker Jiménez no ha podido ocultar su sorpresa y ha estallado en Twitter.

El próximo día 17 de noviembre el agente y el presunto pedófilo tendrán que acudir al juzgado por la denuncia que impuso el joven contra el policía por las supuestas lesiones leves que le produjo cuando lo detuvo después de intentar llevarse al baño a dos niñas, según ha publicado el Heraldo. El periodista Iker Jiménez ha tirado de ironía para criticar el caso: «¡Que lo metan en la cárcel por abuso de autoridad! ¿Hacer su trabajo e impedir el mal? ¿A quién se le ocurre semejante desfachatez? ¡A la trena!».

Lo más fuerte de este caso es que el policía será juzgado, pero el presunto pederasta no. Y es que, el Juzgado de Instrucción número 6 de Tarragona decidió archivar el caso.

Los hechos ocurrieron en agosto en una playa de Salou. El agente estaba de vacaciones con su familia y vio cómo el joven se acercó a su hija y a una amiga con la que estaba jugando en la orilla. El agente denunció que el presunto pederasta «estaba tumbado en una posición extraña y no se le veían las manos» por lo que podría haberse estado masturbando bajo el agua.

En cuanto se acercó a las niñas los padres se apresuraron a acercarse para ver qué sucedía. Según denuncia el agente, «él se levanto corriendo y trató de marcharse». Fue entonces cuando le preguntó a su hija y a su amiga que qué les había dicho y ellas respondieron que les había pedido ir al lavabo con él.

El agente no lo dudó ni un segundo y fue a por él. Se identificó como Policía y le retuvo hasta que los Mossos d’Esquadra llegaron al lugar. Los bañistas increparon al presunto pederasta e incluso le intentaron agredir. «Había unos franceses que empezaron a llamarle a gritos pedófilo. De hecho, lo llevé a un chiringuito cerca para evitar que empeorara la situación y esperar a la Policía en un sitio tranquilo y lejos de las niñas y la familia», confesó.

Ahora el presunto pederasta no será juzgado pero el agente sí. Tendrá que responder por unas lesiones que le hizo cuando le detuvo. En concreto, el joven tenía dos marcas rojas en la espalda al haberle presionado, los brazos rojos y una herida en el cuello.

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