Iglesias agita los ataques a la Corona para desviar el foco del secuestro que hizo del móvil de Dina

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Pablo Iglesias ha agitado este viernes en sus redes sociales los ataques a la monarquía española en un nuevo intento de desviar la atención mediática del caso Dina-Iglesias, en cuyo contexto todavía no ha dado explicaciones solventes sobre su implicación en el escándalo relacionado con la que fuera su asesora en Podemos, Dina Bousselham.

El líder de Podemos, y vicepresidente segundo del Gobierno, ha defendido que el Ejecutivo se posicione sobre «la utilidad de la monarquía» y se ha referido a las informaciones y escándalos que se están publicando sobre el Rey Emérito, Juan Carlos I, tratando de relacionarlos con la institución de la Casa Real española.

En un texto publicado en su cuenta oficial de Facebook, Iglesias se apoya en las declaraciones de Pedro Sánchez sobre el monarca Emérito para decir que el Gobierno se posiciona de manera «novedosa» respecto «a la postura que tradicionalmente han adoptado los líderes del PSOE y los presidentes del Gobierno de España sobre la Corona».

Aunque Pedro Sánchez no lo dijo exactamente así, su socio en el Gobierno se toma la libertad de interpretar «sus palabras» y decir que el socialista «está señalando algo evidente», que es que «crece en la sociedad española un debate sobre la utilidad de la monarquía». Iglesias cree que «la responsabilidad de Estado no solo debe mirar al pasado sino también al futuro y el Presidente demuestra con su reflexión su compromiso con un futuro mejor para España».

Así, ha afirmado que aunque es consciente de que «difícilmente» esas demandas se podrán traducir en cambios a corto plazo, por la correlación de fuerzas, eso no implica «que un Gobierno democrático pueda ser ajeno a los debates que preocupan a su pueblo».

‘Caso Dina-Iglesias’: evasivas y opacidad

El escándalo de la tarjeta SIM de Dina Bousselham le ha estallado a Iglesias en la cara pero el vicepresidente, todavía, no ha dado explicación relevante alguna y se esfuerza en desviar la atención. Mientras Iglesias comenzó a airear el asunto como si de una víctima se tratara, el juez ha terminado por retirarle la condición de víctima y se esfuerza por esclarecer la posible implicación del propio Iglesias en lo que él presentó como una trama policial contra su persona y su partido.

La realidad es que el propio Iglesias ha admitido que se quedó con la tarjeta de su asesora en Podemos «para no someterla a más presión». Esto, que el ahora vicepresidente esgrime como una justificación a sus actos, es una práctica condenada por los organismos de Igualdad por erigirse como una actitud machista de manual: vigilar y controlar el móvil de otra persona. Que toma carices más graves si se suma la relación que mantenían Iglesias y Bousselham en el momento de los hechos. El PP se ha convertido en la primera fuerza política en hacerle frente a Iglesias por este escándalo.

Pero los de Casado no sólo tocarán las teclas de la violencia contra la mujer para criticar el secuestro por parte de Pablo Iglesias de la tarjeta SD del móvil de Dina Bousselham. También exigirán explicaciones oficiales al Ministerio de Trabajo por la violación de los derechos de los trabajadores que supone haber violado la intimidad de una asesora del partido al quedarse con un archivo de memoria procedente de un dispositivo móvil de una persona que trabajaba para Podemos.

Las preguntas presentadas por la ‘popular’ Cuca Gamarra en el Congreso y dirigidas al Ministerio de Trabajo insisten en ese asunto y reclaman una explicación e investigación sobre el comportamiento de Pablo Iglesias.

Una de las preguntas plantea el siguiente texto: «¿Considera el Ministerio de Trabajo que las declaraciones del vicepresidente segundo del Gobierno reconociendo haber visionado y retenido sin consentimiento imágenes íntimas de una mujer que realizaba funciones de asesora en su propia organización otorga una sensación de impunidad a los agresores y de indefensión a las potenciales víctimas?».

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