Ministerio del Interior

Así presentó Marlaska a la cúpula ahora purgada: «Un gran equipo con un exigente código ético»

La Guardia Civil estalla por la destitución de De los Cobos: «Cumplía órdenes de la juez»

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Pelayo Barro

«Un equipo extraordinario de personas regido por un exigente código ético». Así definió en septiembre de 2018 el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a los tenientes generales Laurentino Ceña y Fernando Santafé, cabezas de la cúpula de la Guardia Civil. Santafé fue purgado y Ceña dimitió esta semana como consecuencia de la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos tras negarse a entregar información con reserva judicial sobre las pesquisas encargadas por la juez que investiga al Gobierno por el 8-M.

17 de septiembre de 2018. Fernando Grande-Marlaska, nombrado pocos meses atrás como titular de la cartera de Interior del primer Gobierno de Pedro Sánchez, preside en el patio de armas de la Dirección General de la Guardia Civil el acto de toma de posesión de los dos cargos más altos del escalafón del Cuerpo: el Director Adjunto Operativo (DAO), Laurentino Ceña, y el Jefe del Mando de Operaciones (MOPS), Fernando Santafé. Ambos tenientes generales.

Llega el momento del discurso oficial de Grande-Marlaska, el primero realmente solemne que el hasta hace pocos meses magistrado de la Audiencia Nacional va a dar delante de la cúpula de un cuerpo policial con la que ha trabajado codo con codo durante toda su carrera como juez. El ministro se deshace en elogios hacia su nuevos cabezas de mando: «Si algo he aprendido durante mi vida profesional, es que para avanzar siempre es necesario contar con un equipo extraordinario de personas. Un equipo regido por un exigente código ético que tenga entre sus principios la vocación de servicio público, la eficacia y el respeto a la dignidad de todas las personas y a los valores recogidos en nuestra Constitución», recuerda Marlaska ante un centenar de uniformados engalanados para la ocasión. El ministro finaliza su intervención prometiendo «transparencia, trabajo, cercanía y apoyo».

Han pasado exactamente 619 días desde entonces y aquellas palabras del ministro sobre la honorabilidad y el código ético de los tenientes generales Ceña y Santafé se las ha llevado el viento. Esta semana ambos abandonaban su cargo precipitadamente. El primero, presentó su dimisión como DAO este martes. El segundo, dejó su puesto este miércoles como Jefe del Mando de Operaciones (MOPS). Según la versión oficial aportada por Interior a OKDIARIO, sus salidas son un «cese pactado para llevar a cabo el relevo que teníamos diseñado, con un nuevo DAO entra un nuevo MOPS».

El ministro fue incluso más allá y aseguró este miércoles en el Congreso que se trataba de dar un «nuevo impulso» a la cadena de mando de la Guardia Civil, aunque la realidad apunta a otro asunto bien distinto: las desaveniencias y profunda indignación que hay en la cúpula del Instituto Armado con la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos.

Destituido por cumplir órdenes

El hasta el domingo jefe de la Comandancia de Madrid, y anteriormente mando de la operación policial del 1-O (lo que le puso en la diana del separatismo), se negó a entregar al Ministerio detalles sobre la investigación judicial que le ha encargado a la unidad de policía judicial a su cargo la juez Carmen Rodríguez-Medel, titular del Juzgado de Instrucción Nº 51 de Madrid.

Se trata de una causa secreta por orden de la juez en la que se investiga un posible delito de prevaricación por parte del Gobierno a la hora de permitir las marchas del 8-M y otras 130 manifestaciones celebradas en Madrid entre el 5 y el 14 de marzo, a pesar de la amenaza grave del coronavirus sobre la salud pública que ya conocía para entonces el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Por esta causa ya ha sido citado a declarar como investigado el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, principal señalado en el informe reservado elaborado para la juez por la gente de De los Cobos.

Diego Pérez de los Cobos
El coronel Diego Pérez de los Cobos, durante su jura como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid. (Foto: Efe)

Esta destitución «por pérdida de confianza» en De los Cobos, que tan sólo se limitó a cumplir escrupulosamente con el secreto de sumario que le exigió la juez, incendió a la cúpula de la Guardia Civil. Las dimisiones de Ceña y Santafé son la mejor prueba de ello. De hecho Interior incluso se saltó una regla no escrita pero siempre respetada de que el sucesor del DAO es el teniente general que ocupa el Mando de Operaciones. En este caso no fue así, aumentando aún más las disensiones en la cadena de mando frente a Interior y a la directora General de la Guardia Civil, María Gámez.

Los juramentos de Ceña y Santafé

Aquel 17 de septiembre de 2018, los tenientes Ceña y Santafé juraron su cargo con la formulación habitual prevista: «Juro cumplir fielmente las obligaciones de mi cargo, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado».

Tras ello, ambos agradecieron al ministro Marlaska su nombramiento y recordaron al entonces director General de la Guardia Civil, Felix Azón, y a la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, hoy ambos cesados también por Marlaska. Al primero le sustituyó María Gámez, a la segunda su ex asesor Rafael Pérez Ruiz.

Interior nombró el pasado martes como sucesor del teniente general Ceña al general Pablo Salas, hasta ahora Jefe del Servicio de Información de la Guardia Civil.

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