Goteras, amianto y amenaza de desplome: los cuarteles de la Guardia Civil que Marlaska no quiere ver
«Este cuartel es una ruina». Esta frase la pronuncian a diario cientos de agentes de la Guardia Civil por todo el país. A pesar de que el Gobierno asegura que va a invertir cientos de millones de euros en un plan de mejora de las infraestructuras, los sindicatos del cuerpo se quejan de que el estado actual de muchos edificios es de precariedad absoluta.
Grietas, desconchones, tejados de materiales tóxicos, falta de intimidad en los vestuarios femeninos… la lista de defectos es inmensa. «La situación general actual es de abandono. Ocurre en más de un tercio de los 2.000 cuarteles que aproximadamente existen en el territorio español», lamenta en declaraciones a OKDIARIO José Manuel Manrique, portavoz de Profesionales Guardias Civiles (PGC).
Este representante de los guardias civiles subraya que los desperfectos en las instalaciones «conlleva a la renuncia sistemática de las plazas por parte de los posibles agentes adjudicatarios». En los casos de miembros del Cuerpo que sí entran a trabajar en estos cuarteles se enfrentan a «algunos jefes que estrangulan la normativa para tener subyugado al adjudicatario, dificultando la conciliación familiar».
Preguntado por las razones que explican ese nivel de deterioro en las dependencias, Manrique lamenta: «Abandono, pasotismo, falta de preocupación e inversión por parte de la Administración».
Llegados a este punto comenta que se debería «regular, con claridad, una normativa de uso y disfrute de los pabellones oficiales». Cree que se han de extremar los controles, aspectos como «la recogida y entrega del inventario del cuartel», que «se comuniquen los defectos existentes a tramitar oportunamente para su subsanación por la administración responsable» y que «no se declaren las dependencias como inhabitables de forma automática para poder despreocuparse de esa vivienda».
Por su parte, desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) también muestran su pesar con esta situación. Hablamos con un representante sindical de la Comunidad Valenciana. Explica que en municipios como Benissa (10.000 habitantes) «no hay vestuarios para compañeras, no hay taquillas para todos, lo coches están fuera sin seguridad». Todo ello ha llevado a que se plantee el cierre total de la unidad.
Del mismo modo, en Jacarilla hay «goteras en el vestuario, en los archivos y en los pabellones (las viviendas de los guardias)». La AUGC reseña que «ha habido ya varias roturas en las tuberías de las viviendas causando elevadas facturas a los agentes a causa de las derramas de agua, provocadas por la antigüedad del acuartelamiento y su falta de mantenimiento». Este cuartel es de 1920, el interior del techo es de paja. «Está todo con humedades», lamentan.
En Gata de Gorgos, el cuartel está situado en «una calle cuesta bajo y sin salida, no existe rampa para minusválidos», denuncia en el mismo sentido. También apuntan a una escalera de caracol de madera para bajar a los vestuarios, que «cruje cada vez más y en cualquier momento puede pasar una desgracia». «Este tipo de escaleras están prohibidas por la legislación de riesgos laborales», recuerda. En este edificio tampoco existe vestuario de mujeres, «sólo unas taquillas que dividen dos espacios con una tela roja».
Del mismo modo, en la conocida ciudad turística de Denia hay «deficiencias en el techo, sobre todo en el aseo de los vestuarios». También esta precariedad generalizada está en el destacamento de Tráfico de Torrevieja con un techo de amianto, un material cancerígeno. «Tras varias denuncias al respecto continuamos igual. El destacamento de Tráfico de Alicante también tiene unos vestuarios «demenciales». «Son una ratonera», lamentan.
«Existen varios cuarteles que aún no disponen de sistema seguridad de videovigilancia. Otros aún siguen sin rampa para minusválidos, sin vestuarios o aseos femeninos como tales, se sigue incumpliendo diversa normativa en prevención de riesgos laborales, no se dispone ni tan siquiera de algo tan elemental como sillas ergonómicas para las labores de oficina», relata el portavoz de la AUGC. Este agente explica que lo ha denunciado «en varias ocasiones y hasta en Inspección de Trabajo» y sólo se encuentra con la críticas de sus superiores.
También en Villasana de Mena, en la provincia de Burgos, o en Ferrol, en La Coruña, la situación es crítica como se puede ver en las fotografías que publica OKDIARIO. Las dependencias amenazan colapso, los escombros se apoderan de los cuarteles de la Guardia Civil.
«En definitiva hay una gran falta de personal y medios en las instalaciones y esto además de dificultar o poner en riesgo la seguridad de los agentes, también está siendo percibido de mala forma por los ciudadanos y más teniendo en cuenta esta zona costera con gran afluencia de turistas tanto nacionales como extranjeros», zanja.
A pesar del abandono de los cuarteles, llama la atención que el Ministerio del Interior no lleva una contabilidad de cuánto ha invertido ya en los últimos años para poner fin a estas carencias graves. Así lo indica el departamento que lidera Fernando Grande-Marlaska en una respuesta oficial a OKDIARIO requerido por la Ley de Transparencia.