Fracasa el plan antisuicidios de Marlaska en la Guardia Civil: triplican a los de la población general
Entre Policía y Guardia Civil suman ya 95 suicidios desde el año 2020
La tasa de suicidios entre los guardias civiles es el triple que en la población general. El número de muertes por autolisis en la Guardia Civil sigue en ascenso, a pesar de que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, impulsó un plan especial en 2020 para reducir esta lacra. Su iniciativa ha fracasado y las asociaciones reclaman medios de intervención psicológica urgente.
Once agentes de la guardia civil se han quitado la vida en lo que va de año. En sólo nueve meses, el Cuerpo ha enterrado a un compañero más por este motivo que en todo el año 2023. Y las cifras apuntan a que, en vista de la progresión, va camino de igualar al año negro 2021, cuando se alcanzaron los 16 suicidios en la Guardia Civil. Fuentes del cuerpo recuerdan que suele haber un repunte según el año se va adentrando en invierno, una de las fechas que señalan los psicólogos de altas tendencias suicidas.
A esos 11 agentes de la Guardia Civil también hay que sumarle otros cinco de la Policía Nacional, que hacen un total de 16 agentes dependientes de Interior que se han quitado la vida en lo que va de año. Una cifra que ya iguala el total del pasado 2023.
En la Guardia Civil achacan estas cifras al fracaso de ese plan antisuicidios que Marlaska puso en marcha para fuerzas policiales en 2020. Un plan para favorecer la salud mental que ha dejado en apenas cuatro años 95 suicidios entre policías y guardias civiles.
La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (Jucil) ha denunciado reiteradamente la falta de recursos adecuados y el estigma que aún rodea a la salud mental dentro del cuerpo, abogando por la creación de un plan integral de prevención del suicidio y un acceso más rápido y confidencial a servicios psicológicos especializados.
Entre las causas que más se barajan como origen de los suicidios están el estrés laboral, los traslados frecuentes y la exposición constante a situaciones de alto riesgo son algunos de los factores que contribuyen a esta tragedia silenciosa. Además, la pandemia del COVID-19 y las restricciones asociadas han aumentado los problemas de salud mental entre los agentes, quienes enfrentan desafíos adicionales al tener que mantener el orden público en condiciones extremadamente difíciles.
Los colectivos y asociaciones piden medidas urgentes para frenar esta ola de suicidios, destacando la necesidad de mejorar las condiciones laborales, reducir la carga de trabajo y eliminar el estigma que dificulta que los agentes busquen ayuda. Jucil y otros grupos continúan presionando para que se tomen acciones concretas que aborden esta emergencia de manera efectiva y protejan a quienes arriesgan sus vidas por la seguridad del país.