La foto de la infamia: Sánchez negocia su investidura con una condenada por apología de ETA
Mertxe Aizpurua fue condenada por "una clara defensa y alabanza de la organización terrorista y de sus integrantes"
Sánchez es el primer presidente del Gobierno en reunirse con Bildu
Se hartó de prometer que él nunca pactaría con Bildu. No sólo lo hizo, sino que este viernes, además, se ha fotografiado por primera vez con dirigentes del partido que administra el legado político de ETA. Pedro Sánchez se ha reunido en el Congreso con Mertxe Aizpurua, condenada a un año de cárcel por apología del terrorismo, para negociar las condiciones de los bildutarras a su investidura.
Mertxe Aizpurua es ahora portavoz de los seis diputados de Bildu en el Congreso, pero antes de que se convirtiera en homologada interlocutora para el PSOE, la diputada vasca acumuló un historial delictivo por su proximidad a la banda terrorista ETA, sin que en ningún momento haya pedido perdón por su pasado.
Así, la bildutarra con la que Pedro Sánchez se ha reunido para negociar la investidura fue condenada en 1984 a un año de prisión por enaltecimiento del terrorismo. Licenciada en Ciencias de la Información, Aizpurua era editora de la revista Punto y Hora de Euskal Herria cuando, bajo el título de Por los gudaris de ayer y hoy, publicó un editorial que la Audiencia Nacional juzgó como «una proclama revolucionara en defensa de la lucha de la organización armada y un homenaje a sus militantes», lo que en opinión del tribunal se traducía en «una clara defensa y alabanza de la organización terrorista y de sus integrantes».
Años después, la interlocutora de Sánchez fundó Gara, periódico que ejerció como portavoz de ETA y donde Mertxe Aizpurua, siendo directora, publicó una de sus portadas más polémicas: una entrevista con dos terroristas. La Fiscalía consideró que la pieza periodística de la hoy portavoz de Bildu en el Congreso «no puede por menos de causar evidente temor y desasosiego en los destinatarios potenciales y reales de la publicación, en cuanto forman parte de los grupos sociales de los que se predica que serán víctimas de los sucesivos atentados de la banda terrorista».
Un mes después ETA asesinaba a José Javier Múgica, concejal de Unión del Pueblo Navarro en Leiza (Navarra). La Fiscalía presentó entonces una ampliación de la querella contra Gara por inducción al asesinato, al considerar que la muerte de Múgica era la «consecuencia directa» de las amenazas vertidas en sus páginas contra aquellos concejales de UPN que no apostasen por una «solución democrática al conflicto». El caso fue archivado en 2004.
Otra investidura con Bildu
Durante la última campaña electoral la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, declaró que a Bildu aún le quedaba «un largo recorrido» para asumir la «legitimidad en el ámbito de la democracia». Objeción que no ha sido obstáculo para que hoy el líder del PSOE se haya convertido en el primer presidente de la democracia en reunirse con Bildu. Y que lo haya hecho con una persona que hace unos días ni siquiera condenó la profanación de la tumba del socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA.
Hasta ahora lo habitual era que Pedro Sánchez delegara en sus portavoces parlamentarios las negociaciones con las formaciones minoritarias. Sin embargo, esta vez al candidato socialista a la investidura no le sobra ningún voto, por lo que ha decidido asumirlas en persona, al menos en la primera toma de contacto.
De ahí que la última foto de investidura del PSOE con Bildu la protagonizó Adriana Lastra, entonces número dos del partido y portavoz en el Congreso, a principios de 2020. Junto a ella, en la delegación socialista, Rafael Simancas y Santos Cerdán.