ERC, Junts y la CUP pactan el plan de control pleno de los Mossos el mismo día de los indultos

Mossos
Agentes de la BRIMO de los Mossos graban a los violentos callejeros.
Carlos Cuesta

El mismo día que el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez decretaba los indultos a los golpistas condenados por el 1-O, las tres fuerzas separatistas catalanas se ponían de acuerdo en dar el banderazo de salida al plan para implantar un sistema de control pleno de los Mossos.

ERC, JxCat, la CUP, con el respaldo de En Comú Podem, registraban este martes pasado en el Parlamento regional una propuesta de resolución con un fin: crear de inmediato una comisión de estudio para revisar el modelo policial. Se trata del primer paso para adoptar las exigencias de la Cup -acogidas sin el más mínimo problema por ERC y Junts- para incrementar aún más el control de los Mossos y para restar los mecanismos de defensa y protección frente a los ataques callejeros.

A partir de ahora, el plan se debatirá en el último Pleno de julio, para abordar ámbitos como las vías de control del orden público, los mecanismos de transparencia aplicables a la Consejería de Interior, las funciones de la Comisaría de información de los Mossos d’Esquadra y los sistemas de control y fiscalización de las actuaciones policiales.

El plan de transformación de los Mossos viene de lejos. Y el autor de la iniciativa fue la CUP, una formación que no dudó en señalar a la Brigada Móvil (BRIMO), la unidad de Antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, como objetivo de sus deseos de súper control sobre la policía autonómica. La CUP y los Comunes pidieron, de hecho, hace ya tiempo su disolución. Y los dos principales partidos independentistas, ERC y JxCAT, que hasta las pasadas elecciones catalanas se negaban a hablar de una remodelación del sistema de seguridad pública, ahora no descartan transformar a la Policía para contentar a sus aliados. Las cargas en las protestas por el rapero Pablo Hasél fueron la disculpa de los separatistas para instar esta remodelación de los Mossos.

Policía democrática

La propia Laura Borràs, desde Junts, ha señalado ya que «algunos comportamientos de los Mossos son incompatibles con los de una policía democrática». JxCAT ha mantenido posturas muy diferentes en relación a este debate. Los dirigentes que en el pasado ya habían ostentado responsabilidades bajo las siglas de CiU se han mostrado siempre más partidarios de no tocar el modelo policial actual. Pero la nueva hornada de políticos de Junts, como Borràs, Joan Canadell o Aurora Madaula, son partidarios de una reforma en profundidad del modelo que rige en estos momentos en la Conselleria del Interior. Y, además, en estos momentos, y más tras los indultos, manda la carrera separatista. Y en esa carrera manda la mayor radicalidad: la de la CUP.

Para la CUP, apoyo imprescindible del nuevo Gobierno separatista, hacer cambios en materia de seguridad es primordial. Condicionó el apoyo a la investidura de Pere Aragonès, de hecho, a que previamente ERC y JxCAT se comprometieran por escrito a revisar los protocolos de los Mossos y a debilitar considerablemente la capacidad de actuación de la Brigada Móvil, retirándoles competencias básicas. La idea de la CUP, de hecho, pasa por la disolución completa de los antidisturbios de los Mossos, la unidad policial encargada de actuar en las manifestaciones que ellos mismos convocan de forma periódica, bien sea para presionar a los propios partidos del Govern o para reclamar la libertad de gente como Pablo Hasél.

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