Delitos de odio

Una encuesta de Marlaska cuestiona a la Policía: «No denuncié porque creí que no me tomarían en serio»

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El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Foto: EFE
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Una encuesta lanzada por el Ministerio del Interior para evaluar los ‘delitos de odio’ ofrece varias opciones que criminalizan la actuación de la Policía en este ámbito. Así, cuando se pregunta por los motivos para no presentar una denuncia, se incluyen distintas respuestas orientadas a poner en duda el trabajo policial: «Pensé que la Policía no lo tomaría en serio», «Creo que la Policía no lo habría entendido», «Desconfianza en la Policía» o «Experiencia negativa con la Policía».

La encuesta, de participación voluntaria y anónima, pretende, según Interior «actualizar la radiografía» sobre los delitos de odio en España, y estará disponible hasta finales de este mes. Desde el departamento de Grande-Marlaska se justifica en que los delitos de odio es una tipología penal sobre la que pesa un problema de infradenuncia, ya que únicamente se investigan dos de cada diez casos, pese a su gravedad.

Entre los objetivos, según se explicó desde el Ministerio, está precisamente conocer la opinión de las presuntas víctimas de delitos de odio sobre la asistencia por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, evaluando conceptos como la eficacia, la protección o la calidad del servicio.

Asimismo, se prevé profundizar en la incidencia que tienen los delitos de odio en nuestra sociedad y los prejuicios y motivos discriminatorios que subyacen en ellos; qué tipología delictiva tiene mayor incidencia; así como los lugares en los que se cometen o relaciones con los autores.

Interior se remite a la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, cuyos datos señalan que en ocho de cada diez delitos de odio existe un desconocimiento al no ser denunciados. Por tanto, no son investigados y quedan impunes.

En 2020, el ministro Grande-Marlaska presentó el nuevo protocolo de actuación policial frente a los delitos de odio. Marlaska lo definió como «un conjunto de reglas y pautas, unificadas y homogéneas, que permitirá a los agentes policiales una eficaz identificación, correcta recogida de datos y codificación de incidentes racistas, xenófobos o conductas discriminatorias», lo que, dijo, mejoraría la eficacia policial en la investigación y esclarecimiento de estos sucesos.

El protocolo incluye un listado de «indicadores de polarización», considerados indicios para orientar la investigación de un delito de odio con el fin de detectar motivaciones racistas, xenófobas o de otro tipo.

Otras polémicas

No es la primera vez que desde el Gobierno se cuestiona la actuación policial.

El Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, promovió una campaña en la que se acusaba de racismo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

En uno de los carteles, se instaba a denunciar con el siguiente mensaje: «Me han identificado por mi color de piel u otros rasgos sin razón objetiva». Sindicatos y asociaciones de Policía y Guardia Civil mostraron su malestar y reclamaron la dimisión de Montero.

En otro estudio difundido recientemente por el mismo Ministerio -‘Percepción de la discriminación por origen racial o étnico por parte de las potenciales víctimas en 2020’- se recogían también críticas al trabajo de la Policía, pese a admitir en sus conclusiones que «la tasa de discriminación percibida por el trato policial disminuye del 28% al 19%», en comparación con estudios anteriores.

El departamento de Montero destacaba, pese a esa importante reducción, que «el trato policial se mantiene como uno de los ámbitos con las tasas más altas de discriminación, especialmente detectada en los espacios de calle y no tanto en las comisarías, asociada a estereotipos raciales y culturales».

El trabajo incluía diferentes entrevistas realizadas para «profundizar en el tipo de trato policial recibido», y escogidas para ofrecer una imagen orientativa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

En uno de esos testimonios se criticaba:«Yo tuve aquí a mi hermano, y a él cada dos por tres le paraban, por su estilo, por vestir con el estilo americano, norteamericano: de pantalón, la gorrita, pero él no estaba metido en ninguna, y siempre lo paraban y le decían «eh, tú, revisión, los papeles» Pero claro, él estaba harto, siempre decía «¿por qué siempre me paran?» pero sin embargo, a mí nunca me han pedido papeles cuando andaba ilegal, a mí jamás, nunca me lo han pedido». 

«Hay mucho abuso, nos paran más, se ríen de nosotros, nos insultan, nos dicen que no sabemos leer», opinaba en otro. Asimismo, se indicaba que los policías «en la calle hacen lo que les da la gana» o que «te tratan como un trapo». 

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