El infierno de Gaspar con sus yonqui-okupas tras 7 años y 16.000 € perdidos: «Te arrancaremos el corazón»
Le okuparon la casa dos veces y la convirtieron también en un prostíbulo: "Mi casa no es mi casa, es una ruina"
"Te mataremos", le grita ahora la cabecilla de los okupas desde la calle
El infierno de Gaspar Muñoz terminó hace apenas unos días tras conseguir echar a los yonqui-okupas de su casa situada en el barrio de La Paz, en Almanjáyar (Granada). Allanaron su vivienda y la convirtieron en un refugio para yonquis, además de un prostíbulo. Después de siete años de lucha, Gaspar ha conseguido recuperar su casa familiar. Ahora comienza otra nueva cruzada, la de reparar los destrozos: «Mi casa no es mi casa, es una ruina».
Gaspar ha vuelto junto a su madre de 84 años y su hermana a la destrozada vivienda familiar. Tras más de un lustro sin poder entrar en ella, Gaspar tiene que hacer frente ahora, además, a los 9.000 euros previstos en reparaciones. Está en una situación personal extrema: «Estoy en paro. Necesito ayuda. Necesito un puesto de trabajo lo antes posible. Es una llamada de emergencia. Sólo pido un trabajo para poder arreglar mi casa», cuenta Gaspar Muñoz a OKDIARIO.
«Lo rompieron todo y no hay ni luz ni agua ni ventanas ni alicatado en la cocina y el baño», explica. La ruina económica de Gaspar por estos siete años de okupación supera los 16.000 euros. Porque a los 9.000 euros previstos para las obras hay que sumar los 7.000 euros en gastos de agua, luz y servicios varios durante el tiempo en que estos yonquis estuvieron dentro: «Era un grupo de drogadictos. La cabecilla duerme ahora en la calle y está intentando volver a meterse de nuevo en mi casa», relata, desesperado, Gaspar.
Amenazas de muerte
El infierno de Gaspar y su familia comenzó hace siete años cuando este grupo de okupas entró en su casa y la convirtió en un refugio para drogadictos. En ese momento empezó el drama para él y su familia: «Nos amenazaron, además, de muerte en innumerables ocasiones el tiempo que estuvieron metidos dentro». Cuando consiguió desalojarlos por primera vez, las amenazas aumentaron: «La mujer que es la cabecilla de los okupas nos decía que no le importaba ir a la cárcel».
Tras conseguir recuperar su vivienda por primera vez, Gaspar vivió encerrado en el domicilio durante una semana para evitar que volvieran a colarse. Aprovechando que salió a hacer unas gestiones, los yonqui-okupas entraron de nuevo a la fuerza en la vivienda y colocaron un candado: «Salí de la casa y cuando regresé la cerradura estaba reventada. Llamé a la Policía y me dijeron que no podían hacer nada, que pusiera una denuncia».
Ahora, por segunda vez, ha vuelto a recuperarla pero el infierno continúa. Una de las okupas desde la calle les sigue acosando de manera terrible como se ve en el vídeo que acompaña esta información. El nivel de las amenazas de la yonqui-okupa es endemoniado. «Te van a coger y te van a hacer un ovillo», les grita desde fuera. «Te voy a matar. Sinvergüenza. Te voy a quitar la vida», le dice a voz en grito a Gaspar. «Te voy a dar de palos y te voy a reventar. Te voy a reventar el corazón. Yo allí en la cárcel, al menos, como, bebo y follo».