Un documento de Junts pide adoctrinar a los inmigrantes por la independencia: «Si no, no la lograremos»
El pacto entre PSOE y Junts en inmigración revela la preocupación de los separatistas por la "identidad catalana"
A falta de que se concrete la cesión a la Generalitat de las competencias de inmigración, a petición de Junts, el partido separatista ha evidenciado su preocupación por el incremento de la población extranjera en Cataluña y el «reto» que ello supone para su objetivo de lograr la independencia. La formación de Carles Puigdemont revela ese temor en su ponencia política, el documento que recoge las líneas maestras de su actuación y marca el camino hacia la «República catalana». Plenamente vigente, el texto analiza todos los factores que, según Junts, impactan en el objetivo de «liberación nacional», entre ellos, los inmigrantes, un asunto que ahora se ha puesto sobre la mesa por los pactos con Pedro Sánchez.
De hecho, la ponencia dedica todo un apartado al «hecho migratorio». En él, Junts expresa implícitamente sus temores por el auge de la llegada de inmigrantes. «El 23,5% de la población de Cataluña es nacida fuera del país o no tiene nacionalidad. Este hecho es muy relevante y no se puede obviar, porque la razón de ser de Junts es la independencia», se avisa en el documento, repartido entre los cargos del partido.
Por tanto, añaden, es «imprescindible» dice Junts que toda la formación asuma este «reto» para «trabajar por la cohesión social y hacer partícipes a los nuevos catalanes, o a gran parte de ellos» de esos objetivos.
«Hay que hablarles de nuestro aliento de libertad y de lo que implicaría la independencia para todos los ciudadanos de Cataluña, independientemente de su lugar de origen (…)», dice el documento, que avisa a sus cargos electos y dirigentes que deben asumir ese reto para «hacer de Cataluña un país más cohesionado, con una ciudadanía que se sienta plenamente catalana» para llegar así «hacia una República avanzada». «Sin cohesión social, sin un proyecto compartido por la mayoría de la población, con independencia de su origen, difícilmente podremos conseguir nuestros objetivos», se alerta.
«Adscripción nacional»
Bajo el epígrafe Identidad, progreso y acogida, Junts ensalza el sentimiento identitario, afirmando que el catalanismo ha generado en Cataluña durante los últimos siglos «un modelo de cohesión social y adscripción nacional que ha tenido un éxito extraordinario, incluso en momentos en los que la acción del Estado español era profundamente hostil». Ese modelo se basa, dicen, en tres pilares: «La identidad cultural, el progreso económico y la acogida». En ese objetivo de construir una «identidad fuerte y cohesionada» como nación, ocupa un papel central la enseñanza del catalán a los recién llegados.
«Es fundamental que todas las instituciones gobernadas por el independentismo pongan los recursos necesarios para que todos los que lleguen a nuestro país puedan aprender la lengua», señalan. Sin ese «sobreesfuerzo», avisan también, «el futuro de la lengua está en cuestión». Y, más aún: «Si no revertimos urgentemente el declive al que se encuentra sometida nuestra lengua, estamos abocados a desaparecer como nación». El catalán figura así como «lengua de acogida e integración», como esta semana ya avisaron algunos dirigentes de Junts tras el pacto con el PSOE.
Xenofobia
Hasta el momento no se han desvelado los detalles del acuerdo entre Sánchez y Junts que implicará la cesión de las competencias sobre los inmigrantes. El pacto, de dudosa constitucionalidad, ha generado las críticas de la oposición y también dentro del propio Gobierno y del PSOE.
Por su parte, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha calificado este sábado de «absolutamente indigno» acusar a su partido de xenofobia y ha defendido que Cataluña «debe tener una política nacional de inmigración, guste o no guste a quien quiera». «Queremos abordar los temas de seguridad y de convivencia», ha manifestado.
Uno de los objetivos de Junts es la expulsión de los inmigrantes reincidentes. Según Turull, «no actuar contra los delincuentes multirreincidentes, haga 15 días que viven aquí o hace ocho generaciones, sí que es poner en peligro la convivencia».