La Corte de Londres revisa si Juan Carlos I es inmune y si el CNI actuó ilegalmente contra Corinna

Corinna Londres
La Corte de Londres revisa si Juan Carlos I es inmune y si el CNI actuó ilegalmente contra Corinna
Manuel Cerdán

Este martes se retoma en el Tribunal Superior de Londres la denuncia de Corinna Sayn-Wittgenstein contra Juan Carlos I por acoso. La vista judicial se centrará, nuevamente, en los dos argumentos vehiculares de la denuncia de la ex compañera sentimental del ex monarca de España: Juan Carlos I perdió su inmunidad penal cuando abdicó como Rey y pasó a ser un ex jefe de Estado y las operaciones de acoso contra la princesa alemana, coordinadas en Mónaco y Londres por el general Félix Sánz Roldán mientras era director del CNI, se realizaron a título particular. Los abogados del Rey emérito alegaron en la vista anterior que eran «misiones de Estado».

El Tribunal de Apelaciones londinense decidió el marzo pasado retirar la inmunidad de Juan Carlos I desde su abdicación en 2014 en el proceso que sigue su ex novia (2004-2009) contra él, de tal forma que podría ser juzgado en Reino Unido por un supuesto delito de acoso a Corinna Sayn-Wittgenstein por los hechos delictivos posteriores a esa fecha. No obstante, el tribunal londinense contempló la posibilidad de que el Rey emérito pudiera recurrir su resolución ante la instancia judicial que se cumplimenta este martes.

Independientemente de lo que decida el tribunal a partir de hoy, es muy difícil que no se celebre el juicio en el próximo año por el acoso extremo denunciado por Corinna. Sus abogados, tras el triunfo previo al verano, señalaron que había quedado demostrado que «la actuación del CNI fuera de España fue ilegal, que Félix Sanz Roldán, ex jefe del CNI, actuó a título personal y que el Rey Juan Carlos le instruyó a título particular».

Es difícil que, si el Tribunal decidiera próximamente que los servicios secretos españoles actuaron ilegalmente, Sanz Roldán pueda librarse de su responsabilidad en las operaciones que el CNI realizó en Mónaco y Reino Unido contra Corinna. El expediente judicial cuenta con pruebas suficientes -emails, contratos de mercenarios, el viaje a Londres, declaraciones públicas y contradicciones, entre otras- que señalan al ex director del espionaje español como el responsable de las operaciones de acoso.

Corinna cuenta con la ventaja de la decisión del juez Matthew Nicklin del Tribunal Superior de Londres, que dictó en marzo pasado una sentencia por la que retiraba la inviolabilidad del ex monarca para poder ser juzgado tras la denuncia que le presentó Corinna Sayn-Wittgenstein por acoso extremo y seguimiento ilegal.

El nuevo letrado de Juan Carlos I, Guy Martin, miembro del despacho londinense de Peter Carter-Ruck, que ha sustituido ante la Justicia británica a los profesionales de Clifford Chance, defendió el argumento de que, si Juan Carlos I era el Jefe del Estado español y Félix Sanz Roldán el director de una institución estatal como el CNI, las supuestas operaciones secretas contra Corinna estaban respaldadas por el derecho internacional.

El papel de Sanz Roldán

Corinna Sayn-Wittgenstein conoció al general Félix Sanz Roldán en el chalé de La Angorrilla un mes antes de la cacería de Botsuana, en abril de 2012, cuando la princesa alemana residía allí por decisión del monarca. Juan Carlos I se lo presentó en el pabellón de caza de El Pardo.

Su Majestad organizó un lunch para presentar a su pareja sentimental al responsable de los servicios secretos. Aquel encuentro estaba organizado para que el jefe del CNI se comprometiera a darle protección a su pareja. Por ello, el Rey no dudó en presentar a Corinna al teniente general como «mi novia».

A partir de aquel día, el 13 de abril de 2012, Corinna, tras el accidente de Botsuana, caía en desgracia y se veía obligada a abandonar España. El escándalo provocó un cortocircuito en las relaciones sentimentales con Su Majestad (SM), auspiciado por los colaboradores más próximos a Juan Carlos I, entre quienes destacaba Félix Sanz Roldán.

Tras el accidente de Botsuana, Corinna, que tenía entonces 45 años, se convertía en uno de los objetivos principales de los servicios secretos. También sus propiedades en Mónaco donde poseía un apartamento y dos oficinas, ya que desde 2008 disfrutaba de residencia fiscal. La aristócrata alemana mantenía en el Principado unas excelentes relaciones con el Príncipe Alberto de Mónaco y su esposa Charlène. Incluso, una de sus sociedades, Apollonia Holding, constituida en el pequeño Estado, fue utilizada por la ex pareja del Rey como plataforma para sus negocios.

Corinna pasó de recibir piropos a soportar amenazas del director del CNI, como ella misma denunció, como su viaje a Londres donde se reunió con Corinna en el hotel Connaught.

Félix Sanz Roldán confesó, más tarde, que acudió al encuentro de Londres a petición del ex presidente Mariano Rajoy y con el conocimiento del Rey, porque las relaciones entre Corinna y Su Majestad “podían comprometer la seguridad nacional”, según publicó en El País Miguel González, un periodista generalmente bien informado en los asuntos que afectan a los servicios secretos.

Pero Mariano Rajoy lo negó tras abandonar el Gobierno después de que Sánchez presentara la moción de censura.

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