Colau sigue negando la mayor: «No hay crisis de seguridad en Barcelona, sólo es una campaña electoral contra mí»

Ada Colau sigue adelante con su tesis de que la oposición política de Cataluña está conformando una campaña contra ella por la inseguridad de Barcelona. Por ello, la alcaldesa ha criticado al PP y C’s por tildar la Ciudad Condal como «un desastre y un caos» y, según la primera edil, decir «mentiras de forma impune»: «No debemos permitir que haya quien quiera hacer una campaña electoral permanente», ha dicho.

Así se ha expresado en declaraciones a Cataluña Radio en alusión a cómo estos partidos hablan de los «problemas concretos» de seguridad, en palabras de Colau, que existe en Barcelona, donde, a su juicio, «no hay una crisis de seguridad ni una situación descontrolada». La alcaldesa ha censurado que se «ataque» a la ciudad, «que no sólo es la capital de Cataluña sino también un motor económico de España».

Palabras de Colau al mismo tiempo que los datos dejan en evidencia que ignora la realidad. Los robos con violencia e intimidación crecieron en Barcelona un 30,5% en el primer semestres de 2019 respecto al mismo período del año pasado. Este dato, veinte puntos por encima de la media nacional, lo ha facilitado este miércoles el Ministerio del Interior. 

Colau ha lanzado también «un mensaje de optimismo» a los barceloneses, ya que ahora las administraciones «están en mejores condiciones» para abordar estos problemas dado que han decidido «alinearse y colaborar», algo que cree que debería haber pasado hace tiempo pero «igual el ciclo electoral no lo ha permitido».

De hecho, este jueves se celebró la primera sesión del grupo de trabajo del plan estratégico «Barcelona Ciudad Segura» en la que el Ejecutivo de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y las principales asociaciones empresariales, sociales y vecinales de la capital catalana abogaron por modificar el Código Penal para luchar contra la reincidencia.

La primera edil ha asegurado que no existen «soluciones mágicas» para resolver la situación y ha apostado por aumentar recursos, dar un nuevo impulso a distintas políticas sociales o confiar en que una mayor presencia policial tendrá un efecto «preventivo». Con relación al apuñalamiento de esta semana en el Port Olímpic, Colau ha expresado la «voluntad firme» del consistorio de cerrar los locales de ocio nocturno de la zona.

Todo piden la dimisión de Colau

El problema de inseguridad de Barcelona afecta de lleno a la valoración de la gestión de su alcaldesa. Los crecientes hurtos y asesinatos han provocado que sus apoyos se desvanezcan y ha conseguido algo insólito: poner de acuerdo tanto a constitucionalistas como separatistas.

Los vecinos se han hartado, con independencia de su color político y han mostrado su enfado especialmente en las redes sociales. Han creado una iniciativa vecinal bajo el nombre de ‘Helpers’ para localizar los lugares más peligrosos, avisar de ellos, combatirlos e intentar paliar de manera más efectiva la inseguridad. Es precisamente en estas difusiones dónde se puede observar el rechazo que produce Colau entre ambos ‘bandos’ de la sociedad barcelonesa.

«‘Acento árabe’ ¿Qué pasa que no se puede decir abiertamente qué son y cómo son y tenemos que estar con eufemismos?”, se queja una de las usuarias que tiene un lazo amarillo en su perfil en defensa de los líderes separatistas encarcelados.