Ayuntamiento de Barcelona

Colau intenta acallar a los afectados del cementerio de Montjuic con una indemnización ‘in extremis’

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El Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Ada Colau se enfrenta a una querella criminal por el derrumbe del cementerio de Monjuic. Daños, profanación, falsificación documental, prevaricación y malversación son los cinco delitos de los que se acusan al equipo de gobierno. Ahora, la alcaldesa presiona a los 50 demandantes mediante un burofax en el que les ofrece una compensación económica antes del juicio.

El pasado 17 de julio, el conocido abogado Miguel Durán presentó una querella criminal contra el Ayuntamiento de Barcelona en nombre de 50 afectados por el derrumbe y posterior gestión de lo sucedido en el cementerio de Montjuic.

Todo comenzó en septiembre de 2017, 144 nichos se hundieron provocando un caos absoluto en el cementerio barcelonés. La manera de proceder del Consistorio contribuyó a que los restos de los enterrados quedaran mezclados. Los operarios no recogieron los restos mortales de manera cuidadosa, sino que lo hicieron con una retroexcavadora.

Los familiares de los que allí estaban enterraros denunciaron, en declaraciones a OKDIARIO, que la primera solución del consistorio fue crear una especie de ‘fosa común’ en la que enterrarían los restos de los cuerpos juntos y con una estatua conmemorativa.

La polémica ha puesto al equipo de Colau en el punto de mira, algo que ha provocado la reacción de estos mandando un burofax a los afectados en los que les ofrece 8.000 euros. Las condiciones de la misma han enfadado aún más a los demandantes: si no responden en 30 días se dará por hecho la aceptación de la ‘indemnización’.

Con la medida, según han informado fuentes cercanas a este medio, se pretende mostrar “una buena voluntad , para rebajar lo que el juez dictamine” una vez se proclame el juicio. Además, de esta manera podrían conseguir que varios afectados abandonen la lucha legal y la presión fuese menor.

Testimonio afectados

Cristina García, cuya familia se encontraba enterrada en los nichos derrumbados, habló con OKDIARIO para contar su experiencia con lo sucedido.

Después de la exhumación, Cristina tuvo que enfrentarse al peor momento: “Nos dimos cuenta de que mi padre no estaba en su féretro, le quitaron el féretro y lo metieron en una caja con unos mis abuelos y mi tía”, relata. Además, se queja de que el ataúd de su padre “sólo tenía dos años de antigüedad por lo que tenía que estar perfecto y los metieron en una caja que podía ser la de una nevera, una caja ‘low cost’”.

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