Ciudadanos afronta el reto de mantener el medio millón de votos que le quitó al PSC el 20D
Tras los cambios en el PSC por la renuncia de Carme Chacón para repetir como cabeza de cartel en Cataluña por el PSOE para el próximo 26J, Juan Carlos Girauta, nº1 de Ciudadanos en aquella comunidad, tiene la tarea de mantener los 500.000 votos de trasvase de los socialistas a las arcas ciudadanas el pasado 20 de diciembre.
La estrategia será similar a la de la pasada campaña de diciembre, concentrar rostros y números 1 del partido en Cataluña. Inés Arrimadas sigue siendo la principal baza, ella y Girauta, hombre fuerte de Rivera que ha tenido mucho protagonismo durante estos 4 meses de negociaciones como portavoz del grupo naranja en el Congreso.
El «no al referendum» y la defensa de una España unida serán nuevamente los mensajes fuerza que desde la formación naranja se den al pueblo catalán durante esta campaña que empezará en apenas dos semanas.
El problema lo tiene ahora el PSC, que tendrá que pelear por recuperar el medio millón de votos fugados a la formación de Rivera. Los socialistas temen no solo que los mantengan sino que el trasvase pueda ser mayor. En las filas ciudadanas, sin embargo, confían en que el pacto en Ayuntamiento de Ada Colau con los socialistas pueda facilitar la obtención de más votos que antes se depositaban a favor de la formación de la rosa y que evidencia la contradicción del discurso de Ferraz de «no gobernar a cualquier precio».
El reto pues está en las manos de la nueva flamante nº 1 de los socialista en Cataluña, Meritxell Batet, en quien Pedro Sánchez confía para recuperar la ilusión entre los votantes que su formación perdió el pasado mes de diciembre a favor de Ciudadanos. No obstante, los socialistas no lo tiene fácil ya que su principal rival en Cataluña ha sido durante los pasados 4 meses su socio de un Gobierno que nunca se materializó, por lo que el mensaje se antoja complicado.
El partido naranja ha cambiado su estrategia con respecto a las pasadas elecciones. Su discurso es mucho más agresivo fundamentalmente contra el PP y Podemos a los que, tras el viaje de Rivera a Venezuela han situado en el centro de su discurso de precampaña, cuestionando no solo sus políticas sino también su financiación y sus vínculos con el Gobierno de Nicolás Maduro.