CDC perderá millones… y su presencia en televisión para las próximas elecciones

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Francesc Homs, portavoz del PDeCAT.

El millón y medio de euros que los independentistas de la antigua CDC ha gastado en la campaña del 26J en propaganda electoral por correo no le será devuelto por el Congreso de los Diputados. Ésa es la primera de las graves consecuencias para el grupo liderado por Francesc Homs tras negativa de la Mesa de la Cámara a que tengan grupo propio.

Esta circunstancia también privará al actual Partit Demòcrata Català (PDC, según su nueva nomenclatura tras a refundación del pasado mes de julio) de ayudas económicas por importe de unos 200.000 euros al año y de visibilidad en su actividad parlamentaria, pues ya no tendrá portavoces en todas las comisiones.

La hoja de ruta independentista recién aprobada por el Parlamento de Cataluña, espita que ha provocado que las dudas jurídicas para favorecer a CDC se hayan despejado con facilidad, puede salirle carísimo en lo económico y en lo político a los líderes del secesionismo catalán.

Desde la Transición, la antigua Convergència i Unió (y CDC en la fallida legislatura posterior al 20D) siempre ha tenido grupo parlamentario propio en el Congreso, pero por primera vez, sus diputados se integrarán en el Grupo Mixto, donde tendrán que repartir subvenciones, asistentes y portavocías con los parlamentarios de Compromís, Bildu, Coalición Canaria, Foro Asturias, UPN y Nueva Canarias.

En el plano económico, tener grupo propio garantiza una subvención fija que hasta ahora está fijada en 28.597,08 euros mensuales, lo que supone 343.164,96 euros al año, pero al estar en el Grupo Mixto deberán repartirla con las demás formaciones. Si el reparto se hace por diputado, el ahora llamado Partit Demòcrata (PDC) sólo percibirá unos 12.000 euros al mes (en torno a 145.000 euros al año). De ahí la pérdida de 200.000 euros al año antes reseñada.

Cada grupo recibe una segunda cantidad variable en función del número de diputados y que hasta ahora supone 1.645,49 euros mensuales por escaño. En el caso de CDC-PDC, esta ayuda se eleva a 13.163 euros al mes por sus ocho diputados, lo que suma 157.967,04 euros al cabo de un año, y podrá seguir recibiéndola aunque esté en el Mixto.

Lo que no va a percibir de ninguna manera la formación independentista es la subvención que el Estado otorga para compensar el envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña, pues su percepción exige haber conseguido grupo propio en la Cámara Baja. Esta subvención al ‘mailing’ es finalista y depende de lo gastado, pero el tope en el caso de Convergència es de 1,28 millones de euros (37 céntimos por cada uno de los 3.486.069 votantes de Cataluña).

Todo esto sumado supone más de dos millones de euros que perderán los independentistas por su desafío independentista.

Las consecuencias políticas

Y no todo es lo económico. Tener grupo propio supone grandes ventajas políticas y de visibilidad. Quien lo constituye tiene garantizada su representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces y capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones; mientras que dentro del Grupo Mixto hay que repartirse tiempos de intervención y asientos en las comisiones.

En las sesiones de control, tener grupo propio posibilita entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno, así como ventajas a la hora de incluir sus proposiciones no de ley en los plenos, pero en el Grupo Mixto todo ese ‘pedazo de tarta’ debe distribuirse a partes iguales.

Pero hay una clave que según se acerca la posibilidad de unas terceras elecciones puede preocupar aún más a los independentistas del PDC. Sin grupo parlamentario propio, su presencia en la campaña será testimonial, pues no tendrá representantes en los debates, no dispondrá de espacios gratuitos en las televisiones públicas ni entrará en los planes de cobertura informativa.

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