Casado pide tiempo a los barones a la espera de que la acusación contra Ayuso fructifique en tribunales
Pablo Casado busca tiempo. Quiere llegar hasta julio, fecha en la que estaba programado el congreso nacional del PP. Busca ese periodo porque cree que la tensión se puede relajar en torno a él. Pero también porque la mecha prendida por las acusaciones lanzadas contra Isabel Díaz Ayuso podrían tentar a la Fiscalía de Dolores Delgado. Una esperanza que, sin embargo, terminaría de laminar al PP.
Los juristas consultados por OKDIARIO consideran que las acusaciones lanzadas contra el hermano de Díaz Ayuso tienen nula relevancia penal. Pero lo cierto es que la oposición madrileña ya ha anunciado actuaciones ante la Fiscalía.
Los procedimientos de contratación, como detalla la información hecha pública el pasado viernes por el equipo de Díaz Ayuso, han cumplido con las exigencias legales de los concursos públicos. La cifra deslizada por Pablo Casado como supuesto pago al hermano de Díaz ayuso se elevaba a 286.000 euros, pero los documentos aportados por la presidenta madrileña han rebajado a 55.850 euros el cobro por las labores de traer mascarillas a Madrid.
Y si la Fiscalía de Dolores Delgado puede ver en estas acusaciones una puerta abierta para entrar y abrir diligencias, Casado podría ganar tiempo y, aparentemente, intentar justificar que los hechos le dan la razón en las acusaciones lanzadas contra Ayuso.
Lo cierto es que Pablo Casado se ha atrincherado. En plena polvareda por la guerra civil del PP y con la presión de los barones que no dejan de reclamarle un movimiento urgente con el que cortar la pérdida de voto, el presidente del PP busca tiempo.
Pero, mientras se defiende esa necesidad de llegar a julio, Casado tan sólo ha ofrecido una figura consensuada con los líderes territoriales: un coordinador general. Una figura que, según Casado, permitiría unificar criterios e ir de la mano, pero que se situaría en el organigrama con un más que discreto poder: por debajo de Teodoro García Egea.
Pero los barones no creen que esa sea la solución, ni que haya tiempo. Los líderes regionales ven con elevada preocupación la caída en intención de voto del PP en pleno enfrentamiento con la Comunidad de Madrid.
Alberto Núñez Feijóo ha hablado con claridad y pedido soluciones «urgentes», aunque sean duras y traumáticas. Y la respuesta del presidente del partido de negarse a entregar la cabeza del secretario general, plantear un número tres consensuado con los barones y ganar tiempo no les convence.
La figura del coordinador general ya fue usada en el pasado. Pero no para problemas de la magnitud del actual. Fernando Martínez Maíllo, de hecho, fue nombrado coordinador general del PP desde el 11 de febrero de 2017 hasta el 21 de julio de 2018. Es decir, hasta pasar la moción de censura que aupó al poder a Pedro Sánchez y las primarias de los populares que auparon al propio Pablo Casado a la Presidencia del PP.
Pero la situación era muy distinta. Se trataba de sofocar un enfrentamiento entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, con el PP en el Gobierno y sin problemas de pérdida de voto sensibles.
De hecho, este mismo lunes, Feijóo ha reclamado a la dirección nacional del PP que tome «decisiones» para salir de la grave crisis en la que se encuentra sumido el partido.
Y Belén Hoyo en el propio Comité de Dirección del PP ha roto la baraja exigiendo dimisiones como la de García Egea.