Buruaga monta una purga tras la dimisión de Ruth Beitia y provoca una fuga de militantes a Vox

Ruth Beitia
La atleta Ruth Beitia y la presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga.

El sorayismo vuelve a reinar en el PP de Cantabria. El traspiés y la renuncia de la atleta Ruth Beitia como candidata a la Presidencia del Gobierno regional ha dejado a los pies de los caballos al sector del partido que apoyó a Pablo Casado como líder nacional del PP.

Tras la renuncia de Beitia, la dirección nacional tuvo que improvisar un nuevo candidato y optó por María José Saenz de Buruaga, quien fue elegida presidenta del PP de Cantabria en un polémico Congreso regional, que ha acabado en los tribunales.

Al verse respaldada por la dirección de la calle Génova, Sáenz de Buruaga ha puesto en marcha una nueva purga contra el sector del partido que se mantenía fiel al ex presidente regional Nacho Diego, que fue también el que apoyó la elección de Pablo Casado.

A los nueve disputados autonómicos afines a Nacho Diego ya se les ha hecho saber que el partido no cuenta con ellos para las candidaturas del próximo mes de mayo. De hecho, Sáenz de Buruaga impulsó contra ellos un expediente disciplinario (que ha quedado archivado) porque se negaron a nombrarla portavoz en el Parlamento autonómico.

Decenas de bajas en una semana

El comité electoral presidido por Isabel Urrutia (que también se vio implicada en el amaño del congreso regional del partido, celebrado en marzo de 2017) ha comenzado a elaborar las candidaturas municipales en las que quedan marginados algunos de los alcaldes y portavoces del PP que en su momento apoyaron a Nacho Diego.

Y esto ha acelerado la fuga de militantes y cargos públicos del partido que viene produciéndose en los últimos meses. Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, tan sólo durante la última semana cerca de medio centenar de militantes del PP de Cantabria se han dado de baja en el partido: algunos lo han hecho personándose en la sede del PP de Santander y otros han tramitado su baja telemáticamente.

Todo indica que el recrudecimiento de la guerra interna en el PP de Cantabria tendrá una traducción directa en las urnas el próximo mes de mayo. Las últimas encuestas difundidas indican que el PP podría pasar de sus 13 diputados autonómicos actuales a tan sólo cinco o seis.

Y buena parte de los votos perdidos recalarán en Vox, partido que podrían incorporar, en las próximas semanas, a algunos de los cargos locales purgados por Sáenz de Buruaga. Los mismos sondeos indican que el partido de Santiago Abascal irrumpirá con fuerza en el Parlamento regional.

Ruth Beitia tira la toalla

Otros han optado por las filas de Ciudadanos (C’s), como el ex presidente de las Nuevas Generaciones del PP de Cantabria Javier Fernández Soberón. Tuvo en su mano convertirse en el alcalde de Astillero cuando se rompió el pacto de gobierno local formado entre el PSOE y el PRC (el partido del presidente Miguel Ángel Revilla), pero Sáenz de Buruaga no autorizó la moción de censura. Ahora, Fernández Soberón opta a la Alcaldía de Astillero como candidato de Ciudadanos. No será el único que dé este paso.

Todo empezó con unas desafortunadas declaraciones de Ruth Beitia, que acababa de ser confirmada como candidata a la Presidencia del Gobierno de Cantabria. «Se debe tratar por igual a un animal maltratado, a una mujer y a un hombre porque todos somos seres humanos”, afirmó en una entrevista a Onda Cero. No se pronunció sobre el trato que deben recibir las plantas.

El principal periódico de la región, el Diario Montañés, montó una feroz campaña para desacreditar a la candidata. La situación personal de Ruth Beitia tampoco era fácil: su padre acababa de salir de la UCI tras una intervención quirúrgica y su madre se encuentra también en una delicada situación de salud. El marido de la atleta se vio envuelto en un altercado en la calle, cuando varias personas le reprocharon las palabras de la candidata.

Ruth Beitia se planteó si realmente le compensa seguir en política, cuando su actividad profesional como deportista de élite le garantiza unos ingresos muy superiores: tiene varios patrocinios deportivos, da clases de atletismo para la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad del Atlántico, con sede en Santander, y tiene un convenio con el Comité Olímpico Internacional (COI) para dar charlas.

El amaño del Congreso regional

Tras consultarlo con su familia, decidió tirar la toalla. La dirección nacional del PP optó entonces por María José Sáenz de Buruaga, quien en una reunión con el secretario general Teodoro García Egea había amenazado con marcharse del partido, llevándose a todos sus cargos afines, al saber que la elegida había sido Beitia.

Pero las heridas vienen de mucho antes, del Congreso regional del partido celebrado en marzo de 2017, en el que Sáenz de Buruaga fue elegida presidenta regional del PP de Cantabria tras todo tipo de irregularidades. Como informó OKDIARIO, el sector afín a Sáenz de Buruaga usó la cuenta corriente de un discapacitado de Laredo para pagar las cuotas de 511 militantes, con el fin de que votaran a favor de su candidatura.

El juzgado de Primera Instancia numero 3 de Santander archivó el pasado mes de junio la demanda interpuesta por varios militantes por estos hechos, pero la sentencia aún no es firme y ha sido recurrida.

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