Bruselas debate sobre la validez de la «persecución política» que esgrimen los presos del 1-O ante Europa

1-O Carles Puigdemont
El ex presidente de la Generalitat fugado en Bélgica, Carles Puigdemont. (Foto: Europa Press)

El Parlamento Europeo ha comenzado ha examinar el suplicatorio enviado por el magistrado instructor del 1-O Pablo Llarena. El escrito del juez llegó después de que el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y los ex consejeros Clara Ponsatí y Toni Comín, tomaran posesión como eurodiputados y, por tanto, ostenten inmunidad parlamentaria. La Comisión de Asuntos Jurídicos (JURI) de este Parlamento ha celebrado este lunes la primera reunión, a puerta cerrada, de lo que podría suponer el principio del fin de la inmunidad que impide, entre otras cosas, la extradición a España de los tres políticos catalanes. Pero más allá, este debate influirá totalmente de cara al recurso de la sentencia que los presos presentarán ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos.

El motivo es que, entre los argumentos que esgrimirán para conservar su inmunidad los tres fugados del 1-O, se encuentra el del «juicio político» y la «persecución por sus ideas del Gobierno español». Así, si el Parlamento Europeo tumba sus pretensiones, de un mismo plumazo «tumbaría el argumento de cara al recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, ya que Europa se habría pronunciado sobre el fondo del mismo al negar esa pretendida persecución política», esgrimen a OKDIARIO fuentes jurídicas de toda solvencia.

Las mismas fuentes explican que lo que argumenten ante la JURI Puigdemont, Ponsatí y Comín tiene mucha más relevancia de lo que nadie puede prever, pues no solo pone en jaque el recurso de sus compañeros presos de cara al TEDH, sino todo el discurso empleado hasta la fecha por el independentismo catalán, cuyo pilar fundamental es, precisamente, esa persecución por razones de ideología.

Eso, por no hablar de la apertura de las esclusas judiciales de cara a una futura extradición para ser juzgados en España. Sobre este último punto, las fuentes consultadas dicen que, «la Justicia belga denegó la extradición no porque no hubiera delitos, sino por defectos de forma que ya fueron subsanados».

En cuanto al hecho que los fugados arguyen de que el delito de sedición no existe en el resto de países, las fuentes explican que «la sedición sí está contemplada en el resto de países, lo que ocurre es que el nomen iuris cambia». Es decir, que el delito tiene otro nombre jurídico, pero la definición del delito es la misma, por lo que, «si los hechos son punibles, al margen de la calificación jurídica, la Justicia belga debe entregar a los tres fugados».

El proceso

Pero antes de que se resuelva todo lo anterior, el proceso para la retirada de la inmunidad es largo y tedioso y la reunión de este lunes es sólo la primera de las cuatro fases de las que consta el citado proceso.

En la primera, los miembros de la comisión JURI han debatido a puerta cerrada y por videoconferencia el caso, a la par que han expuesto las primeras posturas a seguir por cada uno de ellos. Sin embargo, la fase más interesante, sólo superada por la votación a mano alzada, es la segunda que se celebrará a principios de diciembre.

En esa segunda fase, los europarlamentarios catalanes acudirán ante la comisión para explicar su situación. En el caso de los tres del procés, seguirán las líneas marcadas hasta ahora por las defensas en España: «Es una persecución política», pero añadirán un segundo argumento, y es el hecho de que el delito de sedición no está contemplado como tal en la mayoría de código penales del resto de países miembros. En este segundo escalón, los miembros de JURI pueden formular a los europarlamentarios aquellas preguntas que consideren necesarias para el posterior informe.

No será ya hasta el próximo año que el ponente del caso, el búlgaro Angel Dzhamnazki, elabore un informe con las conclusiones de la comisión. Dzhamnazki pertenece al grupo de los conservadores europeos reformistas (ECR), dentro del cual está incluido Vox, pero también un grupo de nacionalistas flamencos que simpatizan con el independentismo relacionado con el 1-O.

Dichas conclusiones pueden ser dos. Por un lado, que apoyen la retirada de la inmunidad, lo que allanaría el camino a una futura extradición; por otro lado, que se decanten por mantenerla, lo que pondría muy difícil esa extradición y daría alas al discurso de partidos como ERC.

Pero el momento cumbre de las cuatro fases llegará con la cuarta, y última fase, la votación. Los miembros del Europarlamento deberán votar a mano alzada si retiran o no la inmunidad, con lo que quedarán públicamente retratados sobre la opinión de cada uno respecto del caso de Puigdemont, Ponsatí y Comín

Historia

A priori, y si todo sigue un curso normal, la historia de la política europea dice que mayoritariamente el Parlamento se decanta por levantar la inmunidad. De hecho, en la legislatura anterior, solo cinco de las 55 peticiones consiguieron mantener esta inmunidad. Y en las cinco ocasiones el motivo de mantenerla estuvo relacionado con declaraciones vertidas por los europarlamentarios ante medios de comunicación. ¿Cómo acabará el caso de los tres fugados del 1-O? La respuesta se verá ya en 2021.

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