Boris Johnson revela que las «evidencias científicas» apuntan a que la cepa británica es un 30% más mortal
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha señalado este viernes que la nueva cepa identificada en Reino Unido, y detectada ya en varias comunidades autónomas españolas, podría incrementar la mortalidad según «las primeras evidencias científicas». En concreto, ha señalado, hasta un 30%.
La afirmación de Johnson añade más preocupación sobre la propagación de esta nueva variante, que se extiende sin control por España. Hasta ahora, las evidencias habían sugerido que la cepa era más transmisible pero no se había relacionado con un incremento de la mortalidad.
En una comparecencia informativa en Downing Street sobre la evolución de la pandemia en el país, el dirigente británico ha señalado que existen algunas evidencias que sí asociarían esta mutación del virus con un mayor grado de mortalidad. En concreto, ha señalado Johnson, sería un 30% más mortal. Asimismo, ha señalado que las actuales vacunas siguen siendo efectivas.
Reino Unido se plantea medidas drásticas, como el cierre de fronteras, que podrían ser aprobadas en los próximos días para tratar de contener el virus. El país atraviesa un momento muy crítico, con casi 2.000 fallecidos en un único día y los casos no dejan de aumentar.
El anuncio de Johnson se produce justo cuando el Ministerio de Sanidad acaba de publicar un informe en el que asegura que la variante británica del coronavirus tiene un mayor riesgo de transmisión pero las personas contagiadas «no tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad grave» ni afecta a la inmunidad natural ni eficacia de las vacunas.
Informe de Sanidad
Así consta en el documento «Circulación de VOC 202012/01 (B.1.1.7) y otras variantes de SARS-CoV-2 de interés para la salud pública en España» elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) junto con expertos del Centro Nacional de Microbiología, Laboratorio de Virus Respiratorios y Gripe, Centro Nacional de Epidemiología, Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC) y la Universidad de Valencia y FISABIO.
En el documento se afirma que la cepa británica «implica un mayor riesgo de transmisión, lo que podría condicionar un aumento de la incidencia de casos» de coronavirus y, aunque «el impacto sobre la presión asistencial este momento se considera bajo, podría llegar a ocasionar un mayor número de ingresos de forma proporcional al aumento de la incidencia».
Además, Sanidad avisa de que «el riesgo de nuevas introducciones y diseminación se considera muy alto». Pero «con la información disponible en este momento, el riesgo de reinfecciones por esta variante así como la reducción de la efectividad vacunal se considera bajo».
Asimismo, se recoge que las personas infectadas con esta variante «no tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad grave»; la cepa británica «tampoco parece afectar a la eficacia de la inmunidad natural y, por el momento, no hay evidencias de que afecte de forma importante a la efectividad de las vacunas».
157 casos confirmados
Hasta el momento, se ha identificado la variante en doce comunidades, con 157 casos confirmados: Andalucía (37), Madrid (28), Baleares (25), Comunidad Valenciana (6), País Vasco (9), Navarra (4), Castilla-La Mancha (13), Castilla y León (7), Asturias (16), Cataluña (1), Murcia (6) y Galicia (6).
También se apunta a que la cepa estaba presente en aguas residuales de Granada el 17 de diciembre, doce comunidades han comunicado 157 casos:
Además, se están investigando otros casos sospechosos cuyas muestras están siendo secuenciadas por el Centro Nacional de Microbiología y los laboratorios designados por las autonomías; además, Islandia ha comunicado 4 casos positivos con la variante británica en turistas procedentes de Canarias.
El documento de Sanidad recoge también la información disponible hasta ahora sobre las cepas de Sudáfrica y Brasil y asegura que por el momento no se han detectado casos en España.
El 18 de diciembre de 2020, destaca Sanidad, Sudáfrica anunció la detección de una nueva variante denominada 501Y.V2 (B.1.351), que «ha desplazado» a las otras que circulaban por este país desde el mes de noviembre, «lo que indica que puede tener una mayor capacidad de transmisión, sin que haya habido evidencia de mayor virulencia».
A 18 de enero, se habían confirmado 447 casos en Sudáfrica, 54 en Reino Unido, 6 en Botswana, 5 en Australia y otros 5 en Alemania, 3 en Irlanda, 2 en Francia y otros tantos en Suiza y Finlandia, y 1 en Noruega, Corea del Sur, Suecia y Países Bajos.
Paralelamente, Japón ha identificado a principios de enero una nueva variante en cuatro personas procedentes de la Amazonía en Brasil, país que también ha trasladado a mediados de diciembre la presencia de la misma en la región de Manaos, «por lo que la dirección de transmisión se supone haya sido desde Brasil a Japón».
En estos momentos, añade, se está estudiando el efecto de esta combinación sobre la transmisibilidad y la capacidad de neutralización de los anticuerpos.