Barrachina: «El tren de Puig ha costado 600 millones pero no cabe en los túneles ni pasa por los puentes»
Los nuevos tranvías entre Alicante y Denia pesan más que los puentes que deben atravesar
Los viajeros del Cercanías hartos del maltrato de Sánchez a Madrid: «Tardo más que mi padre en los 90»
Se compraron por 43 millones unos tranvías que pesan más que los puentes por donde han de pasar y no caben por los túneles
Después del escándalo de Cantabria, le toca ahora a la Comunidad Valenciana. La última chapuza ferroviaria de España se la apunta, esta vez, al presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig. El nivel de la chapuza, de acuerdo a la denuncia del PP, es monumental.
El gobierno valenciano (PSOE, Compromís y Podemos) se ha gastado 650 millones de euros en la línea férrea Alicante-Dénia, pero, después de 6 años de obras, los tranvías que ha comprado para parte del trayecto no caben por los túneles por los que ha de pasar ni pueden atravesar tres puentes del recorrido porque pesan más que sus estructuras metálicas. El resultado: se tardan… ¡tres horas y un minuto! en recorrer apenas 90 kilómetros obligando a los viajeros a cambiar de tren en dos ocasiones. Con todo, Ximo Puig inauguró el tren el pasado 16 de enero. Como si nada pasara.
El portavoz adjunto del PP en Les Corts, Miguel Barrachina, ha denunciado el caso este jueves en el parlamento regional valenciano. En conversación con LA ANTORCHA de OKDIARIO, Miguel Barrachina ha señalado que «Puig se gastó 43 millones de euros en comprar seis trenes que no pueden pasar ni por tres puentes porque pesan más que su estructura ni por los túneles porque no caben». «Los viajeros han de bajarse, coger otro tren diésel y luego a volver a cambiar de tren», afirma. Un calvario para hacer los 90 kilómetros que separan Alicante de Dénia.
Un empeño de Ximo Puig que ha dejado paralizada la línea durante los 6 años de obras. «Este despropósito -señala Miguel Barrachina- ha costado 650 millones de euros y aún va a durar años» porque ahora hay que acometer el gasto y el tiempo extra de ampliar los túneles y reforzar las estructuras de los puentes. «Las obras, salvo una, no están -denuncia Barrachina- ni licitadas». Y se pregunta: «¿Quién se hace responsable de esto?».
Miguel Barrachina señala, con sorna, que «Ximo Puig ha batido un récord universal: tres horas y un minuto para recorrer 90 kilómetros. Es decir, a 19 kilómetros por hora». Barrachina tiene claro que «la precipitación electoral de Puig para inaugurarlo antes de las elecciones hizo que compraran esas 6 máquinas por 43 millones de euros. Cada una pesa 63 toneladas y por su peso no pueden pasar por tres puentes metálicos porque sus estructuras no lo soportarían. Son inservibles». Un grave problema de seguridad por la precipitación de inaugurar un tren. Como ocurrió con José Blanco y el tren de Angrois.
¿La solución que ha encontrado Ximo Puig? Hacer bajar a los viajeros dos veces y cambiar de trenes durante el trayecto. Es decir, usted llegaría en avión de Madrid a Madeira, Malta, Edimburgo, Marrakech o Fez antes que en el tren de Ximo Puig de Alicante a Dénia. Barrachina dice que es un tren no va a coger nadie, ni siquiera los turistas: «En mi pueblo tengo el tren de la bruja para turistas y no me cuesta 43 millones».
«La solución natural y más rápida -cuenta Miguel Barrachina- era haberlo hecho por el trayecto electrificado que ya existe desde Alicante ampliando los túneles, pero no quisieron y ahora estos trenes tampoco caben por los túneles porque son trenes eléctricos, llevan arriba una catenaria, no han contado con ella y les impide pasar. Así que ni los trenes de Alicante pueden llegar a Dénia ni los de Dénia a Alicante. A 12 kilómetros de Dénia, en Teulada, hay que parar el tren y decirle a la gente que se baje con las maletas y que pasen a otro tren diésel de los antiguos. Y al llegar a Benidorm, han de bajarse de nuevo y subirse a los modernos tranvías eléctricos que llegan hasta Alicante y que vienen de la época nuestra del PP. Tres trenes diferentes. Un récord mundial».
Dice el portavoz ‘popular’ que Ximo Puig está «más dedicado a encubrir la imputación de su hermano y a salvar los trastos de un gobierno que tiene casi 30 imputados en distintas consellerías que a estas cosas». «Los trenes son magníficos, pero en seis años lo que no han hecho ha sido preparar la línea para esos trenes y cuando se arregle esto dentro de unos años estos trenes que han comprado ya estarán anticuados e inservibles», se lamenta. Un despilfarro de casi 650 millones de euros.
Miguel Barrachina, por cierto, aprovecha, como el PP de Madrid este jueves, para denunciar que las Cercanías en Valencia, que dependen del ministerio, son «catastróficas y mucho peores que las de Madrid. Multiplicamos por tres el número de incidencias, retrasos y cancelaciones respecto a Madrid. Ayer mismo, el Consejo de Ministros cerró la línea regional Valencia-Utiel-Requena-Cuenca-Madrid. El sistema es una catástrofe».
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