Los terroristas ya alquilaron una furgoneta para trasladar explosivos 23 días antes del 17-A
Sirvió para llevar al chalet de Alcanar 240 litros de peróxido de hidrógeno
El testimonio de una superviviente de Las Ramblas que salvó a su hijo
La célula yihadista que perpetró los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils del 17-A contrató ya desde 23 días antes de la masacre una furgoneta alquilada para trasladar material explosivo al chalet de Alcanar (Tarragona), base de operaciones del grupo del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. Así consta en la causa que todavía sigue investigando un año después el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, quien acaba de levantar parcialmente el secreto de sumario.
En concreto, un informe de la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra con fecha de 29 de diciembre del año pasado revela que una de las cuatro furgonetas que emplearon «los terroristas para transportar elementos para la fabricación de explosivo y para utilizarlas en la perpetración de los futuros atentados que habrían calendarizado» fue alquilada a la empresa Telefurgo el 25 de julio de 2017 a las 9.53 horas, según consta en el extracto de la tarjeta bancaria de Mohamed Hichamy, uno de los yihadistas abatidos en Cambrils. Las otras tres fueron alquiladas la víspera del atropello masivo de La Rambla y el mismo día del doble atentado que costó la vida a 16 personas.
Aquella operación de finales de julio con la compañía Telefurgo ubicada en la localidad de Santa Perpetua de Moguda (Barcelona) fue realizada por un importe total de 401,33 euros. La furgoneta se trataba de una Iveco Daily y la recogieron presencialmente tanto Mohamed Hichamy como Younes Abouyaaqoub, que luego fue el conductor de la Fiat Talento que arrolló a los peatones de La Rambla (también alquilada a Telefurgo, pero el día antes de la masacre).
Según el informe de los Mossos d’Esquadra, el alquiler de la furgoneta Iveco Daily fue contraído por los terroristas para el período comprendido entre los días 25 al 29 de julio de 2017, es decir, tres semanas antes de que la explosión del chalet de Alcanar el 16-A precipitara los planes de la célula, que tenía en mente la comisión de múltiples atentados contra escenarios concurridos de Barcelona, emulando los ataques de París. Luego la devolvieron con 483,2 kilómetros de recorrido.
Mohamed Hichamy y Youssef Alláa (haciéndose pasar por Said Ben Iazza) compraron 240 litros de peróxido de hidrógeno el 27 de julio
Dentro de esos cuatro días, exactamente el 27 de julio, Mohamed Hichamy y Youssef Alláa (haciéndose pasar por Said Ben Iazza con su DNI) compraron 240 litros de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), sustancia elemental para la confección del explosivo TATP, conocido como «la madre de Satán» por los yihadistas.
Los investigadores sitúan esta gran cantidad de peróxido de hidrógeno en el chalet de Alcanar, donde los Tedax-NRBQ calculan que se preparaban entre 200 y 500 kilos de explosivos, según consta en el sumario judicial, antes de la deflagración por una mala manipulación.
En una diligencia de reconocimiento fotográfico ante los Mossos d’Esquadra, dos testigos (los propietarios del establecimiento donde se efectuó la compra de los 240 libros de peróxido de hidrógeno) reconocieron «sin ningún género de duda la fotografía de Youssef Allaa como la persona que se identificó documentalmente como Said Ben Iazza», así como a Mohamed Hichamy como la persona que le acompañaba.
A partir de aquí, se procedió a la detención de Said Ben Iazza el 22 de septiembre de 2017 por parte de la Guardia Civil. Fue arrestado en Vinaroz (Castellón) y tras negarse a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, el instructor lo mandó a prisión por un delito de colaboración con organización terrorista, penado con entre 5 y 10 años de cárcel. Está acusado de «facilitar las tareas logísticas para que la célula alcanzara sus objetivos».
Todoterrenos y caravanas
El informe de los Mossos d’Esquadra también especifica que, además las cuatro furgonetas, los terroristas intentaron alquilar todoterrenos y caravanas para llevar a cabo los atentados. En la víspera de la masacre, Youssef Alláa preguntó al dueño del restaurante donde había trabajado «si tenía algún vehículo 4×4 para alquilar o si sabía de algún sitio para poder alquilarlo», a lo que el testigo respondió que no, según su versión.
Ese mismo día, Alláa contactó con una empresa online de alquiler de vehículos y «se interesó por dos BMW X3 y un Nissan X-Trail que tenían en disponibilidad ya que necesitaba que fueran resistentes y robustos, y el período por el que los pedía era de tres días», recoge el informe. Sin embargo, tras ser advertido por una dependienta de que «sólo podía alquilar un vehículo por persona y que necesitaba la documentación de los otros conductores», el alquiler no se materializó.
Por su parte, Younes Abouyaaqoub realizó el 9 de agosto (ocho días antes de los atentados) numerosas llamadas a diversas empresas de alquiler de autocaravanas. Aquello fue antes de que se aceleraran los planes por la explosión del chalet de Alcanar el día 16.
Hasta entonces, la célula intentó siempre alquilar los vehículos entre miembros de la comunidad marroquí, es decir, de «manera informal», dice el escrito de los Mossos. Al no conseguirlo, era ya cuando acudía a empresas del sector, como Telefurgo.