Así de pasivo reaccionó el Gobierno cuando le avisaron del riesgo de ruptura en Forata: «Recibido»
El Gobierno reaccionó con pasividad ante las alertas que advertían de la preocupante situación de la presa de Forata
El Gobierno reaccionó con pasividad ante las alertas que advertían de la preocupante situación de la presa de Forata, entre las localidades de Cofrente y Buñol, el día de la DANA en la Comunidad Valenciana. Esta instalación, que alcanzó el tope de su capacidad en la dramática jornada del 29 de octubre, fue decisiva para contener un torrente de agua y evitar una tragedia aún mayor. Pero la cadena de correos entre la Confederación Hidrográfica y el Ministerio para la Transición Ecológica revelan la inacción por parte del Ejecutivo en un escenario de máxima tensión, con el embalse ya al límite y gran riesgo de rotura.
A lo largo del pasado martes, la Confederación Hidrográfica del Júcar fue remitiendo varios correos a las distintas autoridades avisando de la crecida del embalse. En concreto, entre las 15:54 y las 19:33 se enviaron hasta 8 correos electrónicos en relación con la situación de la presa.
A las 18:04, cuando la crecida era ya histórica, uno de los técnicos de la Confederación remite una notificación de la declaración del Escenario 2 del Plan de Emergencia de la presa. Casi media hora después, a las 18:29, desde el Ministerio para la Transición Ecológica se responde con otro correo, limitándose a confirmar la recepción del envío. «Declaración de Escenario 2 en Forata recibida», se afirma de forma escueta en dicho mail, sin más concreciones.
Esa comunicación se envía por parte de la Dirección General del Agua, del ministerio de Teresa Ribera, en concreto por Juan Carlos de Cea Azañedo, (División de Seguridad de Infraestructuras y Explotación) con copia a Francisco José Hijós, subdirector general de Dominio Público Hidráulico e Infraestructuras. Entre los informados se encontraban además otros cargos del ministerio de Ribera, como Ana Villar Arrondo (División de Seguridad de Infraestructuras y Explotación) y Tomás Sancho (Subdirección General de Dominio Público e Infraestructuras).
«Peligro de rotura»
No se tiene constancia de que se adoptasen medidas acordes al nivel de emergencia. El «escenario excepcional o escenario 2» implica que existe peligro de rotura o avería grave de la presa y no puede asegurarse con certeza que la situación pueda ser controlada mediante la aplicación de las medidas y medios disponibles.
Pero la gravedad fue a más a lo largo de la tarde fatídica. Así, en torno a las 19:30 horas, la Confederación Hidrográfica del Júcar avisó verbalmente en la reunión con Emergencias que se entraba en escenario 3 de la presa. Por entonces, el embalse vertía ya 900,046 m3/s con previsión de llegar hasta los 1.500 m3/s en el río Magro. Una magnitud enorme. Tampoco entonces se declaró oficialmente ese nivel de emergencia. Se trata de un «escenario límite», con una «elevada probabilidad de rotura, resultando prácticamente inevitable que se produzca la onda de avenida generada por la avería o rotura».
Rambla del Poyo
Esta pasividad se suma a la falta de atención al barranco del Poyo, la zona cero de la DANA.
Desde la Generalitat de Carlos Mazón se responsabiliza al organismo dependiente de Teresa Ribera de no informar diligentemente, y con la suficiente antelación, de la histórica crecida en esta rambla.
Como ha informado este periódico, la cadena de correos electrónicos remitidos a lo largo de ese día revela que la Confederación del Júcar fue informando el martes 29 de octubre, de manera intermitente, de la cambiante situación del caudal del Poyo, con descensos significativos a lo largo de la jornada, hasta lanzar un aviso definitivo, a las 18:43 horas, cuando ya varias poblaciones estaban inundadas. Esa comunicación se hizo a través de un correo electrónico, sin más. Uno entre los 130 que se habían ido remitiendo en ese día y el anterior. Un mail perdido, que informaba, de manera escueta, de un caudal imparable, capaz de arrasar lo que se pusiera por delante: «Valor de 1.686 m³/s mayor de 150 m³/s con tendencia ascendente a las 18:40h», se comunicó desde la Confederación en un correo, con destino al 112 de la Generalitat y también a la Delegación del Gobierno.
Según ha podido saber este periódico, entre el lunes y el martes -cuando la Comunidad Valenciana estaba en alerta por la evolución de la DANA- la Confederación del Júcar remitió 130 correos electrónicos. Desde la Generalitat señalan que «lo lógico» hubiera sido acompañar ese mail de una llamada telefónica para alertar de manera inmediata de la gravedad de la situación en el barranco del Poyo, la zona cero de la tragedia.
Tampoco se ha dado explicación a por qué desde las 16:13 horas, cuando se comunicó un valor de «28.7 m³/s menor de 30 m³/s con tendencia descendente» hasta las 18:43 horas, cuando ya alcanzaba los «1.686 m³/s mayor de 150 m³/s con tendencia ascendente» no se remitió ningún aviso. El mail clave no aportaba más información que la reseñada.