Guerra de Ucrania

Así era Emma Igual: sus amigos recuerdan su buen humor en las circunstancias más duras

Emma Igual, cooperante española muerta en Ucrania.
Emma Igual, cooperante española muerta en Ucrania.

Amable, paciente, detallista, simpática. Estos son algunos de los adjetivos que más se repiten al hablar con sus conocidos sobre Emma Igual, la cooperante que se ha convertido en la primera víctima mortal confirmada española en la guerra de Ucrania. «Solíamos correr bajo las bombas. O más bien, lo intentábamos. Una señora se movía lento y Emma bromeaba sobre nuestra evacuación a cámara lenta. Gracias, Emma, por todo lo que has hecho y representado. Descansa en paz», explica Giammarco, un reportero italiano que la conoció. Recuerda así el día que fotografió a esta joven barcelonesa de 32 años llevando de la mano a una señora con dificultades para caminar.

Por otro lado, OKDIARIO habla con Oleksii Otkdach, un joven ucraniano que habla un perfecto español y trabajó con ella. «Tenía un gran corazón, llevaba más de un año volcada en ayudar en Ucrania. Tenía mucho coraje, mucha fuerza de carácter y mucha paciencia con la gente que está en peligro, sin comida, sin servicios médicos básicos… Se preocupaba hasta por las mascotas de la gente», relata.

«La conocía porque trabajamos juntos en alguna ocasión. Hicimos una cobertura sobre el trabajo de su organización, Road to Relief [Camino al alivio, en su traducción al español]. Un dron destrozó su minibus donde viajaba, otro compañero también murió y dos han resultado heridos. Es una pérdida bastante seria. Encabezaba una organización muy buena. Daba muy buena ayuda, organizó un hospital móvil. Es la guerra y lamentablemente esto sucede aquí con frecuencia», agrega Oleksii con una sorprendente tranquilidad.

Este joven que trabaja como analista, fixer y traductor. Confirma a este periódico que no es la primera persona conocida que fallece. «Perdí bastante gente que conocía de primera mano, tres amigos cercanos, cinco amigos de la universidad…».

En referencia a Emma, señala que la conoció y le sorprendió por su liderazgo. «Era muy líder, guiaba esa organización, siempre organizaba todo, buscaba gente, aunque no hablaba ruso o ucraniano encontraba gente que sí, hablaba con gobernadores locales, con ayuntamientos… Iba siempre en cabeza en las labores de campo. No estaba sentada en casa, iba a cualquier misión. La conocí hace medio año, en el este de Ucrania. Es una zona muy dura, con poca infraestructura, sin restaurantes ni tiendas… son circunstancias duras. Tienes que sobrevivir como sea y ella lo superaba», expone. Las fotografías de Emma en Ucrania atestiguan como lo daba todo moviendo cajas de botellas de aguas, agarrando del brazo a personas mayores o visitando a personas en viviendas muy precarias.

En una entrevista en RNE, Emma Igual detallaba su arduo trabajo en el terreno. «En este año y poco que llevamos hemos evacuado a unas 1.300 personas. De las cuales, unos 650 eran niños, unas 600 personas con discapacidades, todas de ellas civiles y muchas de ellas heridas», enumeraba.

Abuela

Conocía también de cerca la muerte. En el periódico The JC recordaba a su colega británico Chris Parry que murió a los 28 junto con otro trabajador humanitario por un misil. «Hasta ahora he tenido mucha suerte: ni siquiera un rasguño», exponía. Comentaba se sentía «vigilada» y «protegida desde arriba» por su abuela, que escapó del Holocausto en Austria cuando era adolescente. Ella perdió a toda su familia en campos de concentración y fue adoptada por una familia en España. Falleció por Covid hace dos años con 90 años.

Lo que le pasó a sus antepasados refugiados y huérfanos fue su gran motivación para dedicar su vida a las misiones de rescate en zonas de guerra. Se graduó en la Universidad de California en Berkeley e hizo un curso académico de la Cruz Roja. Ya se había involucrado en proyectos de ayuda humanitaria, a menudo centrados en los niños, en Grecia, Myanmar, Marruecos y Kenia. Poco después de que estalló la guerra en Ucrania el año pasado, ella y el francés Henri Camenen cofundaron Road to Relief y lo registraron en Francia y Ucrania.

Con ojos siempre muy abiertos, llegó a la zona de combate: «Cuando llegué por primera vez, me sorprendió mucho la brutalidad. Parecía la Primera Guerra Mundial. Los soldados aquí incluso se ponen a pie de trinchera y la barbarie que vemos es terriblemente perturbadora. Empezamos rescatando a civiles que habían huido de Mariupol. Me enorgullece decir que nunca hemos dejado a nadie atrás. A veces tenemos que volver una y otra vez a por una persona enferma hasta que evaluamos que el riesgo es manejable».

«En el momento en que dejas de tener miedo es el día en que debes volver a casa. De lo contrario, tomará la decisión equivocada. Significa que ahora eres un peligro para ti mismo y además empezarás a tomar decisiones equivocadas para aquellos a quienes intentas rescatar», explicaba. «Mi trabajo es mi primera, segunda y tercera prioridad. Mis relaciones personales tienen que encajar con lo que me motiva en la vida; de lo contrario, no estará bien», apuntaba.

La cooperante española trabajando en Ucrania.

Por su parte, Kateryna otra joven ucraniana que conoció a Emma expone: «Hay que reconocerlo. Emma ha hecho mucho por Ucrania, por los ucranianos. No importa lo extraños que sean estos extranjeros. Están aquí por alguna razón. Poniendo sus vidas en juego por algo. Ellos realmente creen en la gente y que todo el mundo merece ayuda y una vida decente. Descansa en paz». «Eras una persona muy divertida, eras maravillosa. Esto desanima mucho. Es muy injusto y no que nadie dude que vamos a vengarnos por cada vida arrebatada por los rusos», agrega.

En la misma línea se pronunciaba sobre Tonko, el cooperante canadiense que acompañaba a Emma Igual. «Te echaré de memos Tonko. Descansa en paz. Siento que mi tierra se haya convertido en la última para ti. Hicimos mucho juntos. Sé que sólo los rusos tienen la culpa de esta guerra», lanza apesadumbrada.

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