OKUPAS

Así acumula niños de acogida la okupa de Tenerife pese a estar denunciada ante la Fiscalía de Menores

Tiene un niño acogido en su casa y otro en Marruecos, de 'reserva', mientras disfruta de casa okupada con vistas al mar tras usurpársela a quienes se la había vendido

Una mujer vende su casa, la okupa y acoge a menores marroquíes para que no la desahucien

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La okupa de Tenerife que lleva tres años y medio usurpando la casa que ella misma vendió, hipotecando a los compradores a los que engañó, acumula niños de acogida pese a haber sido denunciada por desatender al menor que convive actualmente con ella. La estrategia, a la que recurren muchos okupas, le ha servido a esta mujer como escudo para esquivar el desahucio: al alegar que tiene un menor a su cargo, a los legítimos propietarios les resulta todavía más difícil conseguir que sea desalojada esta mujer, de origen belga, a la que cuando firmaron la compraventa le pagaron 50.000 euros en efectivo y se hicieron cargo de la hipoteca de 90.000 euros que ella tenía pendiente.

El drama de los compradores, José y Rosario, se ha convertido en un roto para su economía familiar. De hecho, han tenido que recurrir a la ayuda de familiares para que la okupa no trunque los estudios de su hijo. Tienen que pagarse un alquiler y, mientras tanto, abonar la hipoteca con la que se cargaron al adquirir la vivienda que disfruta la okupa, además de todos los recibos por los gastos de energía, agua y comunidad de la casa que no pueden disfrutar.

La usurpadora, A.R.V., ha trazado un plan que, hasta la fecha, le ha dado resultados efectivos. Está denunciada ante la Fiscalía de Menores porque el niño marroquí que vive con ella no está bien atendido. Tiene seis años y el testimonio de los vecinos apunta a ese desamparo. De momento, el menor no le ha sido retirado a la okupa. Pero, temiendo que en algún momento se lo retiren, ya se ha encargado de tener otro menor de reserva en Marruecos. Todo ello mediante la fórmula de la llamada kafala, la figura que rige en países musulmanes para dejar al cuidado de otras personas a menores que no cuentan con los progenitores.

Según atestigua la documentación oficial a la que ha tenido acceso OKDIARIO, este segundo menor marroquí lo tiene asignado oficialmente esta okupa, de modo que podrá reclamarlo y llevárselo a vivir en caso de que le retiren el que actualmente le sirve como escudo social. De hecho, la propia concesión administrativa de ese segundo menor la puede esgrimir para entorpecer el desahucio. Y, por si todo eso fuera poco, los legítimos propietarios temen que si al final hay una orden de desalojo contra ella, antes traspase la casa a otros okupas. Según las víctimas, han sido advertidos de que la usurpadora ha ofrecido por dinero esa casa a una familia de senegaleses que buscan inmuebles a okupar en esa zona de Tenerife.

Kafalas marroquíes

Respecto a la kafala, es una fórmula legal reconocida en Marruecos –entre otros países musulmanes– para acoger hasta la mayoría de edad a menores. El que convive ahora con la okupa de Tenerife le fue otorgado después de que ella compareciera ante el Juzgado de Primera Instancia de El Aaiún –en el territorio marroquí del antiguo Sáhara español– y declarara que «disponía de los medios económicos para satisfacer las necesidades del menor». Sin embargo, el niño está pernoctando como okupa en una casa que no paga su kafil, como se denomina a la persona que lo tiene en acogida.

Además, ese mismo tribunal marroquí sentenció, en la orden de concesión de la acogida, que la okupa «era indemne de cualquier enfermedad contagiosa y capaz de asumir la responsabilidad». Sin embargo, los últimos informes médicos a los que se sometió la okupa para tratar de declararse vulnerable y permanecer en la casa del matrimonio de Tenerife establecen que sufre ansiedad y que está medicándose por ello.

A la situación financiera y de salud de la okupa de Tenerife también se une el mal estado en el que se encuentra la vivienda. Fuentes cercanas a A. R. V. aseguran que tira la basura por la ventana y que el menor se queda al cuidado de terceras personas a pesar de que la mujer se comprometió a acoger ella misma al menor. «Actualmente, tiene uno en España y otro en Marruecos en standby por si le quitan este menor, y así poder automáticamente traer el siguiente, con esta forma de actuar no pierde los beneficios sociales obtenidos hasta el momento por tener menores a su cargo. Desgraciadamente, ya en el año 2011, la Fiscalía de Menores ya le retiró de su custodia un menor de 16 años», explican estas mismas fuentes en una conversación con OKDIARIO.

Tradición islámica

La figura que ha utilizado la okupa de la casa es conocida como kafala. Se trata de una acogida de menores con trámites mucho más sencillos que una adopción corriente. El Islam tiene prohibido legalmente la adopción, después de que el profeta Mahoma se casara con la ex esposa de su hijo adoptivo Zaid, por lo que la kafala es la única opción.

España, en una enésima concesión más a Marruecos, aplica la sharía y reconoce a la kafala. Esta figura de acogida no permite que los menores vean a sus hermanas sin velo y obliga a la persona que acoge al menor a ser musulmán para poder transmitirle al niño los principios del Corán, entre otros aspectos.

Una vez que los menores llegan a España, el Consulado de Marruecos debe hacer un seguimiento del menor. Sin embargo, en el caso de A. R. V. está tardando en llegar. De momento, el menor sigue viviendo con una okupa denunciada por sus propios vecinos por la situación en la que se encuentra el niño.

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