Animalismo

La animalista que acusa a los gallos de violadores: «No puedo pedir préstamos, soy trabajadora del sexo»

Ver vídeo

El colectivo de animalistas Almas Veganas vive una situación crítica. La célebre activista Fanny Vegana, que se popularizó en las redes sociales por postulados como que los gallos violan a las gallinas cada vez que las inseminen, pide auxilio porque se le ha estropeado el coche 4×4 con el que atiende un «santuario animal» donde rescata criaturas de todo tipo. «Les trabajadores del sexo (sic.) no tenemos opción de pedir un préstamo por no tener una nómina», lamenta esta chica, que también saltó a la fama porque previamente había trabajado 11 años en un matadero de animales.

«No tenemos vehículo y es imprescindible para el santuario. No tenemos dinero ni para arreglarlo ni para comprar otro de segunda mano. No podemos pedir préstamo porque no tenemos nómina, porque les trabajadores del sexo (sic.) no tenemos esa opción, porque es alegal. Si puedes ayudarnos de alguna forma, lo agradecemos enormemente porque para la labor del santuario este vehículo es imprescindible», traslada Fanny a sus 28.000 seguidores.

La activista expone que se ha roto el motor del coche todoterreno con el que llevan comida a los cerdos, cabras, gallinas y otros animales que acogen.  También lo usan para llevarles a la veterinaria. «Ya depositamos 1.000 haciendo un esfuerzo, pero ahora nos piden 5.000 ó 6.000 euros, que no tenemos, por cambiar todo el motor. No tenemos buena suerte últimamente. Vivimos en plena montaña y cuando llueve sin vehículo nos quedamos aislades (sic.)», indica Fanny con pesar, aunque esgrime: «No queremos dar pena». En todo caso, deja claro cómo sus seguidores pueden mandar dinero a través de Bizum o a través de una cuota mensual.

Esta chica asegura que reciben del orden de 800 euros en forma de donaciones al mes. No obstante, su proyecto animalista les requiere más de 6.000 euros mensuales. Por tanto, tiene que completar sus ingresos de alguna manera. En particular lo hace como «trabajadora del sexo». Para acudir a la ciudad a desarrollar estas labores usa otro coche, propiedad de su «compañera de proyecto», pero dice que es vehículo no apto para los caminos abruptos.

Lamenta que quedarse sin coche provoca que el proyecto esté «estancado». Indica que no tiene reparos en comprar un coche de segunda mano, pero lamenta que son caros. «Nos vemos bastante atrapados porque no sabemos muy bien cómo hacer, cómo gestionar y cómo tirar adelante. De seguir así, por desgracia, significa tener que paralizar todo gasto que no sea imprescindible para el Santuario. Incluyendo la enfermería que estábamos levantando».

«Queríamos decir esto, no para pedir ayuda para comprar un coche, que ya me gustaría que pudiéramos hacerlo, sino para que entendáis que no podemos hacer más rescates. Os ponemos números, os enseñamos las cifras del banco, todo para ser lo más transparentes posibles. No podremos hacer rescates, porque obviamente tenemos que tener primero bien el santuario para acoger animales y estar bien económicamente. Todo para acoger animales y darles la vida digna que realmente merecen, con sus gastos veterinarios y demás», concluyen.

8M

Estas feministas estaban pletóricas en los últimos días por el 8M, Día de la Mujer. Sin embargo, el contratiempo del coche les ha hundido la moral. El pasado 8M exclamaron: «¡No estamos todes (sic.)!». «Faltaremos les que no podemos asistir por cuidar de otres, por no poder dejar de trabajar, les que no pueden salir de sus hogares, les que están en psiquiátricos, en cárceles, en cies, les que están secuestrades en granjas, mataderos, centros de experimentación, zoos, cotos de caza etc.».


«Apostamos totalmente por el transfeminismo», subrayan. Consideran que en esta corriente también están las personas trans, los no binarios (que no se sienten ni hombres ni mujeres), las inmigrantes, las prostitutas, las discapacitadas e, incluso los animales no humanos. «Seguimos en lucha cada día por todes. Toda opresión está relacionada, parte de la misma raíz, la opresión y discriminación a lo diferente o más vulnerable respecto a la norma. No hay luchas de segunda, hay opresiones que no nos atraviesan», zanjan.

Lo último en España

Últimas noticias