En Trujillo (Cáceres)

Un alcalde socialista ordena acabar en una semana unas obras de dos meses por la visita de Sánchez

Trujillo Pedro Sánchez
Trujillo Pedro Sánchez
Joan Guirado

La celebración de la cumbre hispano-lusa en el municipio cacereño de Trujillo, prevista para el próximo jueves, tiene premio para sus vecinos. Aunque no parecen estar muy contentos con las molestias que, a pocos días vista del encuentro, les está provocando la decisión del alcalde de la localidad de acabar en una semana unas obras que tenían que durar dos meses.

La visita del presidente Pedro Sánchez, junto al primer ministro portugués, António Costa, y varios ministros de ambos países, ha hecho que el primer edil de Trujillo, el socialista José Antonio Redondo, haya ordenado finalizar el asfaltado y adoquinado de calles adyacentes a la Plaza Mayor para recibir a los representantes gubernamentales.

Las obras de rehabilitación de la calle Margarita de Iturralde, en el casco urbano, comenzaron a finales de verano. Entonces, el consistorio presidido por Redondo contaba con finalizar la pavimentación en septiembre. Previsión que se modificó nada más iniciar los trabajos, ante la certeza de que no sería posible finalizarlos antes de diciembre.

La elección de Trujillo como sede de la cumbre entre los gobiernos de España y Portugal, que se reúnen una vez al año a uno y otro lado de la frontera, ha llevado al alcalde socialista a apremiar a la empresa encargada de las obras para tener la ciudad bonita de cara a la llegada de las dos delegaciones.

La ciudad se despertó el pasado viernes con más máquinas y obreros de lo que venía siendo habitual. Según han explicado a OKDIARIO vecinos de la localidad extremeña, para ir más rápidos, los encargados de la obra pública han empezado a adoquinar el pavimento por la parte final.

De esta forma, explican estas mismas fuentes y se puede comprobar en distintas fotografías, se está trabajando simultáneamente a lado y lado de la vía por la que caminarán, la semana que viene, Sánchez, Costa y los ministros que acudan a la cumbre hispano-lusa.

Suspensión del mercado

Las prisas para acabar en una semana las obras que según el último cálculo del Ayuntamiento iban a durar dos meses, no es el único contratiempo que la celebración de la reunión entre gobiernos en Trujillo causará a sus vecinos. Entre los lugareños hay enfado, también, por la suspensión del mercado semanal que se celebra cada jueves en el municipio y que es un punto de encuentro para todos los vecinos de la comarca. Hasta la capital se acercan centenares de personas para hacer la compra de la semana.

El lugar en el cual se instala dicho mercado ambulante, según esos mismos vecinos, no afecta para nada la visita institucional que acogerá la localidad. Por eso el cabreo es todavía mayor, ya que les privan de una actividad comercial importante para una zona muy despoblada y sin grandes superficies comerciales.

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