El acuerdo PNV-PSE indigna a las víctimas por su equidistancia y por recoger el acercamiento de presos

Iñigo Urkullu
El lehendakari del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu. (Foto: AFP)

Las víctimas de ETA se llevan las manos a la cabeza tras leer los términos del acuerdo entre el PNV y el PSE, por el que los socialistas encabezados por la ‘pedrista’ Idoia Mendia pasan por el aro de la ruta soberanista de Iñigo Urkullu a cambio de tres consejerías.

Pero si están escandalizadas no es sólo por que se contemple la celebración de un referéndum o el reconocimiento de la «nación vasca», sino también y muy especialmente por el lenguaje con el que se aborda el terrorismo y la equidistancia que regala a los verdugos en relación con los afectados.

Con frases aparentemente bienintencionadas como «consolidar sólidamente la paz y la normalización de la convivencia», se contempla el acercamiento de criminales a cárceles vascas. Otras son más explícitas concretan que se trabajará por el «reconocimiento y reparación» de «todas» las víctimas y por el fomento de una «memoria crítica sobre el pasado».

El acuerdo, rubricado por Mendia a espaldas de la gestora, se refiere con sumo cuidado a quienes durante décadas han secuestrado o asesinado y a sus seguidores. «No entendemos por qué se meten en estos charcos estos artistas del manejo del lenguaje y de la ambigüedad», ha declarado Alfonso Sánchez, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), molesto por esta vuelta al relato que «blanquea» el crimen.

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