El rector envió el acta falsa a Cifuentes por mail y 19 minutos después abrió la investigación

cristina cifuentes
Carlos Cuesta

El rector envió el acta falsa a Cristina Cifuentes por mail y 19 minutos después abrió la investigación sobre la falsedad de la misma acta que acababa de remitir -como auténtica- a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Se trata del acta sobre el que pivota todo el caso, el acta del Trabajo Fin de Máster en la que aparecen las firmas que posteriormente fueron rechazadas por falsas. Y el acta que Cristina Cifuentes se apresuró a exhibir en un vídeo realizado de madrugada como prueba contundente de la veracidad de sus afirmaciones sobre su presencia efectiva en el máster y que, lejos de haber ayudado a la presidenta madrileña a mantener su versión, se ha convertido en un auténtico calvario para Cifuentes.

La historia del acta es reveladora. Y es que ese documento llevó a Cifuentes a apoyar toda su versión en él y a confiar su credibilidad en la credibilidad del acta. Tras denunciarse que había firmas falsas, por lo tanto, cayó la credibilidad del acta y, con ella, la de la versión de la presidenta madrileña.

Ese acta fue remitida -tal y como acredita el mail al que ha tenido acceso OKDIARIO- a las 17:36 y 50 segundos del día 21 de marzo. El remitente es el mail directo de la Secretaría del rector. Y el receptor: la secretaria de Rafael Van Grieken -el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid-. El mail remitido incluía como archivo adjunto el polémico documento con el acta del Trabajo Fin de Máster. Un acta falseada que, según la versión dada al día siguiente por el rector Javier Ramos, fue puesta en duda sólo 19 minutos después.

Porque como recoge el documento remitido por la propia Universidad Rey Juan Carlos, “en el transcurso de la tarde [del día 21] se siguió recabando información y se solicitó a los dos profesores implicados la documentación que, tanto de forma verbal como por escrito, habían afirmado delante de testigos que existía y tenían. A las 17:29 se recibió por parte del profesor Álvarez Conde la versión escaneada del acta del Trabajo Fin de Máster. Debido a las inconsistencias detectadas, a las 17:55 de ese mismo día, ordené a la jefa de Inspección de Servicios de la Universidad, doña Pilar Trinidad, la apertura de un procedimiento de información reservada para aclarar lo sucedido y determinar las responsabilidades correspondientes”.

Es decir, que, de ser cierta la versión del rector Javier Ramos, él personalmente habría dado por buena el acta del Trabajo de Fin de Máster y sólo 19 minutos después se habría percatado de que era falsa. Todo ello contando con 26 minutos -desde que las 17:29 en que le manda el acta Álvarez Conde hasta que ordena la investigación- para descubrir todas “las inconsistencias detectadas”.

Acta remitida a las 17:36 por la Secretaría del rector a la secretaria del consejero de Educación de la Comunidad de Madrid.

Apertura de la investigación a las 17:55, apenas 19 minutos después de haber enviado el acta.

Y todo ello sin que, tras descubrir las repentinas “inconsistencias”, tuviese por lo visto tiempo -tras semejante muestra de velocidad investigadora- para advertir a la presidenta de la Comunidad de Madrid de que le había remitido un acta falsificada.

El resultado es por todos conocido: el acta lanzó a Cifuentes a divulgar su vídeo apoyada en ese documento; a quedarse atrapada en la falsedad del documento tras denunciarse firmas falsas; y a destruir sus posibilidades de defensa al perder toda credibilidad.

Hubiese bastado una llamada del rector para evitarlo. Una llamada que nunca de produjo. Y no se produjo, a pesar de que ese acta no fue solicitada en ningún caso por la Comunidad de Madrid, según la versión del Gobierno regional. Se envío de forma voluntaria ya que sólo se había solicitado el certificado académico personal con las calificaciones de cada una de las asignaturas.

A partir de ese momento toda la atención se centró en la divulgación por Cifuentes de un documento falso. Porque la presidenta madrileña se había convertido en transmisora de un acta falseada.

El propio director del Máster de Derecho Autonómico que cursó Cristina Cifuentes, el catedrático Enrique Álvarez Conde, afirmó que el acta del Trabajo de Fin de Máster fue una “reconstrucción” hecha a petición del rectorado de la Universidad Rey Juan Carlos. Hay que tener en cuenta que, según el rector, el acta fue pasada por Álvarez Conde “escaneada”. Es decir, que no se podían introducir cambios en ella. Una versión que culpaba de la transmisión de la falsedad a Álvarez Conde. Minutos después este catedrático rechazó su propia versión y afirmó que “no es reconstrucción de ningún acta. Sino que es bajo la presión del rector la elaboración de un documento para el propio rector. Es un documento interno, no un acto oficial y la versión definitiva del acta tiene que estar en los servicios centrales de la universidad”.

Adicionalmente, y tal y como ha adelantado OKDIARIO, se ha descubierto que Enrique Álvarez Conde, director del Instituto de Derecho Público de la Universidad, y Laura Nuño, una de las profesoras que ha afirmado que su firma no coincide con la del acta de convalidación de asignaturas del máster de Cifuentes, formaban parte desde 2007 del grupo que coordinaba desde la Rey Juan Carlos los cursos y másters impulsados directamente por el PSOE: con presencia directa de Bibiana Aído y respaldo de CCOO.

Ambos impulsaron el máster de bandera del PSOE: el Máster Oficial en Género y Políticas de Igualdad, un empeño personal de Zapatero que se fraguó en aquella universidad. La otra persona que ha rechazado que su firma fuese la del acta del Trabajo Fin de Máster de Cifuentes es Alicia López de los Mozos. Junto con Laura Nuño, formaba parte del Consejo del Instituto en condición de “doctores miembros”. López de los Mozos también trabajó en investigaciones en ese instituto en el área de Género y en otra de las áreas de máximo protagonismo político en la era Zapatero: la inmigración.

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