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Sanidad mientras Sánchez obliga a votar en julio: «El riesgo de muerte por calor crece un 10% por grado»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Sanidad ha elevado los avisos por las altas temperaturas que se registran estos días en España. El departamento ha difundido sus recomendaciones para evitar las consecuencias de una exposición al calor que puede conducir a daños irreversibles para la salud. Así lo recoge el Gobierno en el Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud, que ha puesto a disposición de los ciudadanos, y en el que se avisa que «la exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud, incluso el coma». Sanidad recuerda que el exceso de temperatura ambiental está «identificada como causa de mortalidad directa». El Ministerio destaca que, por cada grado que la temperatura ambiente asciende por encima del umbral de impacto en la salud, «el riesgo de mortalidad crece entre un 9,1% y un 10,7%».

El Gobierno se remite a un estudio del Instituto de Salud Carlos III, que atribuye al calor unas 1.300 muertes al año. «Cada día que hay un episodio de calor extremo la mortalidad se incrementa, de media, en 3 muertes/día», resume Sanidad. La alerta contrasta con la decisión de Pedro Sánchez de convocar elecciones en pleno julio. El año pasado, de hecho, España vivió una ola de calor en la misma fecha en que ahora está convocada a las urnas.

«No salir»

Entre las recomendaciones básicas de Sanidad, se pide «no salir al exterior durante las horas del día de más calor» o «permanecer el mayor tiempo en lugares frescos, a la sombra o climatizados». La preocupación ante los próximos comicios no es sólo hacia el votante, sino para quienes deban permanecer durante todo el día en una mesa electoral.

El 23 de julio del año pasado, el propio Sánchez advertía que «el cambio climático mata» y hacía un llamamiento a la población, que por entonces sufría también una ola de calor. Ese día, en una intervención ante el Comité Federal del PSOE, el líder socialista arremetía además contra los «negacionistas». «Detrás de esta ola de incendios, que por desgracia es cada vez más frecuente y devastadora, está una ola de calor cada vez más extrema. Y detrás, hay un tsunami que es la emergencia climática que debemos frenar entre todos», aseveraba el socialista. Un año después, ha ignorado su propio mensaje para convocar a los españoles a las urnas.

Preguntado por este asunto, hace unos días en Onda Cero, Sánchez defendió la fecha para «clarificar cuanto antes el rumbo de España». El socialista tergiversó además la ley al explicar que si hubiese convocado tras el verano la celebración de las elecciones habría coincidido casi al final de la legislatura. Nada le hubiese impedido, no obstante, convocar los comicios en junio para que tuviesen lugar en septiembre.

Nunca antes se habían celebrado unas elecciones generales en pleno verano. De hecho, cabe recordar que, desde 1994, una reforma de la Ley Electoral de Andalucía -impulsada por el PSOE y rubricada por el ex presidente socialista andaluz Manuel Chaves- prohíbe expresamente la celebración de elecciones en los meses de julio y agosto. Esa reforma fue impulsada por el PSOE. Incluso un reciente real decreto del Gobierno considera «alarmantes» las temperaturas en ese mes y advierte de sus «resultados trágicos», subrayando además que este fenómeno no puede concebirse «como un hecho aislado» sino como «una tendencia creciente que llevará a que escenarios como el actual se reproduzcan cada vez con más frecuencia».

La fecha elegida afecta a toda la organización de campaña -como la planificación del horario de los mítines- y también a la propia estrategia electoral, pues los partidos habrán de incidir aún más si cabe en la movilización y el voto por correo. También habrá que ver cómo repercute en los centros electorales, muchos de los cuales no están bien acondicionados para el calor, y en las largas colas de espera para votar, una fotografía habitual en los colegios, en plena canícula.