Los vecinos ponen el grito en el cielo: okupan una casa en Pontevedra y piden que les pongan un taxi para marcharse

La okupación sigue siendo uno de los problemas sociales que más indignación despierta en España, sobre todo cuando las víctimas de los okupas son personas ancianas y vulnerables.
Una de las zonas más afectadas por este fenómeno es Galicia, sobre todo en pequeños pueblos donde se acumulan casas vacías o inquiokupas que se niegan a pagar el alquiler.
Uno de los últimos casos ha ocurrido en Poyo, en Combarro (Pontevedra), donde los vecinos han tenido que enfrentarse a una pareja que okuapaba ilegalmente una propiedad valorada en 250.000 euros. Después todavía se atrevieron a exigir un taxi para marcharse.
Un pueblo gallego entero contra unos vecinos que okupan una vivienda
Según ha informado La Voz de Galicia, los hechos comenzaron en enero cuando una pareja decidió instalarse en una vivienda deshabitada de Poyo, en Pontevedra.
En apenas unas horas cambiaron la cerradura, impidiendo a los legítimos propietarios recuperar la casa. La Policía Local de Poyo identificó a la mujer y trató de mediar, pero el caso se trasladó a los juzgados mientras la tensión crecía en el pueblo.
Más allá de los propietarios, la presencia de los okupas también afectó a los vecinos. Por ello, medio centenar se concentró a las puertas del inmueble para exigir que la pareja se marchase.
Hasta el propio alcalde, Ángel Moldes, acudió al lugar para respaldar la protesta e intentar buscar una solución rápida antes de que el conflicto fuera a mayores.
La sorprendente petición de unos okupas en Pontevedra para abandonar la casa
Por suerte la presión social dio resultado y los okupas aceptaron irse de manera voluntaria, sin necesitar de la resolución de un juez. Aun así, tuvieron tiempo para realizar una llamativa propuesta.
Según relató el regidor, los okupas pidieron un taxi que los llevara «sanos y salvos» hasta la estación de autobuses de Pontevedra.
Un detalle curioso si tenemos en cuenta que horas antes la grúa municipal se había llevado su coche por carecer de seguro.
Esta fue la prueba de que la colaboración vecinal es fundamental para luchar contra aquellos que okupan ilegalmente las viviendas de los españoles.
Tratándose de una casa vacía desalojarles podría haber costado meses e incluso años, pero gracias a la colaboración de todos los vecinos se resolvió de forma pacífica en únicamente cuatro días.
Una okupa gallega explica sus razones para haber llegado a la ilegalidad
Sin renunciar al anonimato, la mujer quiso explicar los motivos que le llevaron a convertirse en okupas. Según relató a La Voz de Galicia, llevaba «un año durmiendo en la furgoneta» junto a su familia.
De hecho aseguró que en el pasado había tenido trabajo y una propiedad en alquiler, pero una lesión en el hombro la dejó sin empleo y sin recursos para seguir pagando.
La situación se agravó por la enfermedad de su hijo, que padece esclerosis y necesita una silla de ruedas. Aunque los vecinos utilizaron sus trucos para echar a los okupas, ella quiso dar su punto de vista.
La mujer afirmó que llegó a suplicar para acceder a un piso de 250 euros, que podían asumir. Al ser rechazada esa opción no les quedó otra alternativa que la okupación, aunque ellos niegan ser delincuentes.