UPA rechaza las prácticas comerciales que dañan la imagen del aceite de oliva español

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El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Jaén, Cristóbal Cano, considera «muy peligrosas» prácticas comerciales como la que le ha supuesto una multa a Dcoop, por importar aceite de oliva desde el exterior, que no cumple los niveles de calidad requeridos, y venderlo posteriormente en Estados Unidos a precios bajos como si fuera aceite de oliva español, ya que «banalizan» la calidad del aceite español y dañan su imagen, además de repercutir en la confianza del consumidor.

Según declaró Cano a Servimedia, si se confirman estas malas prácticas comerciales, tendrán consecuencias «muy importantes, muy negativas y muy peligrosas» para el sector.

Por ello, rechazó «una estrategia de exportar malas prácticas comerciales a países donde a nuestro juicio no es necesario, en este caso a EEUU, que es un país fundamental para la exportación de nuestro aceite y donde no es necesario tratar de ganar cuota de mercado con precios bajos. Eso tiene un mensaje al consumidor de banalizar un producto de máxima calidad, de forma que no percibe que es un producto con valor alto». «No es necesario entrar en esos países con esa estrategia», reiteró.

Según indicó Cano, UPA apuesta por la calidad y por la diferenciación, «sin necesidad de establecer precios que excluyan al consumidor, sino que mantengan un equilibrio que ha funcionado en los últimos años. Con un precio en origen por encima de los tres euros en España todo el aceite se ha comercializado, y vía exportaciones va creciendo anualmente el consumo a nivel mundial».

«Entendemos que hay que apostar por que el aceite de oliva se posicione como un alimento funcional, que es bueno para la salud, que además repercute positivamente en el medio ambiente cuando se produce con prácticas agronómicas sostenibles, absorbiendo CO2, aumentando la biodiversidad, minimizando la erosión, haciendo un óptimo uso de recursos como puede ser el agua», añadió. «Y eso genera riqueza y una sostenibilidad también social en el territorio donde se produce el aceite de oliva, en el que en muchos casos no hay otra alternativa de modo de vida».

Según el secretario general de UPA Jaén, «vivimos en una sociedad donde la confianza del consumidor hay que cuidarla mucho, y prácticas como las que estamos conociendo de importar aceite de terceros países para hacer un tratamiento, refinarlo y ponerlo en el mercado no es el mensaje adecuado. Hay que apostar por otro tipo de prácticas, basadas en la calidad y en un proceso transparente, que el consumidor esté convencido de que lo que tiene entre sus manos es un producto de óptima calidad».

El dirigente de UPA expresó su satisfacción por el hecho de que la inspección esté funcionando: «Cuando hay sanciones es porque los controles funcionan y nos alegramos de ello, y esperamos que esto no se repita, porque al final ineludiblemente estas prácticas repercutirán sobre los socios de las cooperativas que forman parte del grupo, ya que es una cuantía económica elevada, y tendrán que ser los socios quienes pidan responsabilidades a sus dirigentes de por qué no dedican ese esmero y ese esfuerzo a promocionar los aceites españoles de calidad».

A juicio de Cano, «para nada es necesario tirar los precios, ya que el aceite de oliva español es un producto de suficiente calidad para que se venda a precios razonables. Estamos hablando de que en origen el coste de producción en el olivar tradicional está en torno a los 2,40-2,60 euros por kilo de aceite, una cantidad que el consumidor está dispuesto a pagar cuando estamos hablando de un virgen extra de calidad.

Al final todos los eslabones de la cadena tenemos que tener nuestro margen de beneficio, como en cualquier actividad económica, y el aceite de oliva tampoco puede ser banalizado. Y no estamos hablando de precios exclusivos, no es un producto de lujo, ni mucho menos. Es un precio razonable, que permite que haya vida en nuestro medio rural y garantizar la calidad del producto».

«Si entramos en la guerra de cuanto más barato, mejor, eso va a ser poquito pan para hoy y hambre para mañana, porque siempre va a haber alguien que lo haga más barato que tú. Eso es una visión muy cortoplacista y lo que queremos es asegurar la sostebilidad del sector a medio y largo plazo. Y en concreto en la cuna del aceite de oliva, como es Andalucía, tenemos que ser bandera de la calidad y de la diferenciación».

En opinión de Cano, el sector del aceite de oliva «afortunadamente está bastante reglado y controlado, y si todos cumplimos lo establecido no debe haber ningún tipo de problema. No recordamos que haya habido ningún problema en los últimos años. Hay una herramienta muy potente a nuestro juicio, que es el Panel Test, por cuya continuidad y mejora apostamos, que hace que la catalogación del aceite no sea exclusivamente basándose en parámetros químicos, sino también sensoriales y organolépticos, que deben tenerse en cuenta a la hora de determinar las calidades».

«Seguro que si todos tenemos asumida y cumplimos nuestra cuota de responsabilidad dentro del sector, el beneficio será común y la sostenibilidad del sector del aceite de oliva estará garantizada, porque tenemos un cultivo de éxito que bien llevado seguro que genera empleo, riqueza y prosperidad para nuestra tierra», concluyó.

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