Unicaja amenaza a los bonistas con no salir a Bolsa y apuntarse al baile de fusiones
Sin embargo, cada vez se ve menos probable el debut de la entidad en el parqué y más posible su integración en el proceso de consolidación, algo que necesitaría no sólo la aprobación de los bonistas de Ceiss, sino también el visto bueno del Banco de España y el Gobierno.
La salida a Bolsa, según explican los expertos, permitiría a la entidad disponer del capital necesario, por un lado, para que los bonistas de Ceiss puedan canjear los bonos convertibles y, por otro, para reintegrar parte de las ayudas públicas inyectadas por el FROB en la antigua España Duero.
Los bonistas de Ceiss esperan una salida a bolsa cada vez más lejana
Según ha podido saber OKDIARIO, todo estaba preparado hace unas semanas. De hecho, ya han sido elegidos los asesores, liderados por Rothschild, y los bancos colocadores, entre los que se encuentran BBVA o Nomura. Sin embargo, a Unicaja se le han abierto una multitud de frentes que obstaculizan con creces la salida a Bolsa. El primero de ellos, la mala situación del mercado. “En 2016 no van a poder salir a bolsa. Estamos en un mercado con poca fuerza, con un sector financiero bastante castigado y con muchísima volatilidad. No quieren ver caídas significativas como las que se han visto en Telepizza, y es que no es, en absoluto, el mejor momento para salir”, señalan fuentes del mercado.
Pero no sólo el mercado acecha. También la situación personal que atraviesa el todavía presidente de la entidad, Braulio Medel, imputado por el escándalo de los ERE en Andalucía, y presuntamente vinculado a la trama de Manos Limpias. Además, Medel ya anunció que renunciaría al cargo de presidente de la entidad antes del próximo 30 de junio, al igual que Manuel Atencia y Juan Fraile dejarán los cargos de patrono que ostentan en la Fundación Bancaria Unicaja, en cumplimiento de la Ley de cajas de ahorros.
El tiempo corre en contra de Unicaja, y de los bonistas de Ceiss. El compromiso de salir a cotizar se complica, y a los bonistas les genera incertidumbre. Según fuentes del mercado, una hipotética fusión podría resultar incluso beneficioso para los bonistas, siempre y cuando los títulos de la compañía subieran, sin embargo, también podría resultar más perjudicial que una salida a bolsa. Su futuro, a día de hoy, es una incertidumbre; no así el de Unicaja, que está más cerca de entrar al baile de fusiones, que de cotizar en Bolsa.