Torres puso a Caruana en la Comisión de Auditoría para acallar dudas del BCE sobre la investigación
La desconfianza con la que el Banco Central Europeo (BCE) permanece vigilante a las investigaciones de BBVA sobre el ‘caso FG-VIllarejo’ es una pesada losa para el presidente del banco, Carlos Torres Vila. Tanto es así que hay voces que advierten en Frácnfort de que si los resultados de los informes encargados por el banco no son convincentes se pedirá una nueva investigación al banco español.
Ese mensaje parece haber llegado a Madrid y para tratar de mejorar la confianza de los dudosos de Alemania, Torres Vila ha decidió nombrar la pasada semana a Jaime Caruana presidente de la Comisión de Auditoría. La elección del exgobernador del Banco de España para este cargo no es baladí. Caruana es un hombre valorado y apreciado por el establishment financiero y político. Es también la persona favorita por Fráncfort para sustituir a Torres Vila en hipotético caso de que el hilo del escándalo Villarejo acabe salpicando a a actual cúpula del banco español, según ha venido publicando este periódico.
El temor en la UE a que el esclarecimiento de los hechos dañe la reputación de un banco sistémico es grande. Consciente de que cuando se juzgue el caso ya nada podrá hacer al respecto, el BCE quiere estar preparado para todos los escenarios. Uno de los que en el entorno del banco central se maneja como central es la repetición del informe forensic del banco si el resultado de las pesquisas ordenadas por Torres Vila para esclarecer los hechos no son convincentes. A Fráncfort no le temblará el pulso para pedir otra investigación independiente para aclarar lo ocurrido antes de que el proceso se escape de sus manos cuando esté en los tribunales. Así lo aseguran a este periódico fuentes financieras próximas al organismo que ven en el nombramiento de Caruana al frente de esta Comisión un movimiento claro del presidente de la entidad para aumentar la confianza del BCE en las investigaciones internas en curso.
Informe ‘forensic’
El pasado enero, BBVA decidió encargar a PwC un informe forensic para determinar el alcance de las supuestas relaciones entre FG y el excomisario José Villarejo. El banco contrató, además, a los despachos de abogados de Uría Menéndez y Garrigues para que prepararan sendos informes jurídicos que permitieran al banco tomar decisiones futuras.
Poco después de encargar esas investigaciones, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, pidió en público al banco celeridad en las pesquisas para determinar lo ocurrido.
El problema es que los tiempos que requiere un informe forensic en este tipo de casos no se pueden determinar con exactitud, puesto que cuando se empieza a investigar un caso así no es posible hasta dónde va a llevar el hilo, explican a este periódico fuentes del sector de la consultoría.
Para no transmitir sensación de pasividad, el banco ha tomado varias decisiones en los últimos tiempos. Una muy significativa fue el abandono temporal de la presidencia de honor de FG antes la Junta de Accionistas del pasado marzo. La pasada semana, coincidiendo con la presentación de resultados, la entidad decidió ir más allá y ha nombrado a José Miguel Andrés Torrecillas vicepresidente del Consejo de Administración del banco. Opta así por reforzar los contrapesos en la cúpula. Pero con una figura que no acaba de convencer a los viejos enemigos de Francisco Gallego, puesto que llegaron a pedir su salida del banco por ser una de las personas que podrían haber alertado al consejo de las escuchas de Villarejo investigadas.
Y el movimiento se ha completado, precisamente, con el nombramiento de Caruana como presidente de la Comisión de Auditoría. Preguntado por OKDIARIO, BBVA prefirió no comentar esta información.