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Susto o muerte (o las dos cosas) de Oughourlian en Prisa e Indra por culpa de Barroso y Sánchez

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Joseph Oughourlian, presidente de Prisa y de Amber.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Sin duda, el nombre propio de la semana en el mundo empresarial ha sido Joseph Oughourlian, el empresario francés de origen armenio que vino a salvar Prisa de la quiebra y que cada vez tiene un panorama más oscuro. Pero parece dispuesto a morir matando: ha reforzado su declinante posición en el grupo de El País y la SER, y también se ha hecho con un asiento en el consejo de Indra. Entre susto o muerte, ha elegido susto, pero es probable que también acabe siendo muerte.

Recordemos brevemente que el fondo de Oughourlian, Amber Capital, posee el 29,9% de Prisa donde acumula pérdidas que algunos elevan hasta 300 millones. Para compensarle por el servicio prestado a los medios afines al PSOE, Pedro Sánchez le permitió entrar en Indra, donde se suponía que iba a ganar y a poder compensar pérdidas. De momento, tiene ligeras plusvalías que ni de lejos compensan el quebranto de Prisa.

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Joseph Oughourlian, presidente de Prisa y del fondo Amber. EP.

En este grupo, además, el empresario ha cometido dos errores que no suelen cometer los fondos (salvo los activistas). El primero es meterse en la gestión de la compañía, máxime cuando dicha gestión no se rige por criterios empresariales de rentabilidad y beneficios, sino por criterios políticos. Si no fuera así, Prisa habría presentado el concurso de acreedores hace muchos años.

Barroso en acción

El segundo es rizar el rizo y pretender controlar la línea editorial. No para hacerla de derechas -ya se intentó hace unos años y no funcionó-, sino para utilizar los medios de Prisa para presionar al Gobierno cuando le convenga a él. Algo que hacían a las mil maravillas Jesús Polanco y Juan Luis Cebrián, que hablaban de su «cañón Bertha».

Y por ahí no pasa Moncloa, que quiere al periódico y a la radio a su entero servicio y en primer tiempo de saludo. Así que le ha puesto un comisario político para controlar a Oughourlian, y nadie mejor para eso que Miguel Barroso, el curtido fontanero de Zapatero y que también es consejero de Prisa, curiosamente en representación de Amber.

Miguel Barroso.

Ante esta situación, el francés se ha revuelto y esta semana ha nombrado dos consejeros afines: Fernando Carrillo, un abogado y ex embajador de Colombia en España cercano a los intereses de Amber, e Isabel Sánchez García, del IE, como «independientes» (los independientes afines, ese invento tan español, véase Unicaja). Esto ha disgustado a Vivendi, que tiene el 11,8% y al que Sánchez impidió llegar al 29,9%, pero no puede hacer nada ante el 30% de Oughourlian.

Algunas fuentes interpretan el movimiento como un intento de blindarse ante un eventual cambio de Gobierno a fin de año que abra la puerta a que Vivendi, o incluso Mediaset, se hagan con el control de Prisa. Pero otras fuentes insisten en que el PP ni siquiera se ha planteado esa eventualidad y que el movimiento debe interpretarse dentro de la batalla con Barroso por controlar la compañía. Oughourlian quiere recuperarlo para intentar rentabilizar su ruinosa inversión, aunque es muy dudoso que lo consiga. Lo dicho, elige susto y es probable que tenga susto y muerte.

El misterio de Indra

Lo de Indra es más misterioso. Ha aprovechado la dimisión del consejero alemán Axel Arendt para incrementar su participación al 7,24% y hacerse con su sillón. ¿Para qué lo hace? Si va a favor del Gobierno, no le hace falta, ya que la SEPI controla el 25,16%, a lo que se suma el 5% de SAPA y el 3% que acaba de comprar Escribano (contratistas de Defensa que no van a jugarse las lentejas). Y si va en contra, con ese porcentaje -ni con el 9,99% para el que tiene autorización- no le da para oponerse.

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Marc Murtra, presidente de Indra.

Algunas fuentes dicen que puede tener información privilegiada de algún gran contrato que va a ganar Indra; ya se sabe que Amber tiene bula con la CNMV, que no le obligó a lanzar una opa pese a su evidente concertación con SEPI y SAPA en la junta de accionistas del año pasado, en que se cargó a medio consejo sin estar el asunto en el orden del día. Otros apuntan a que quiere forzar la venta de Minsait para incrementar el valor de la compañía, algo que también anunció públicamente mientras la CNMV tocaba el violón. Pero tampoco tiene fuerza suficiente para una operación que tiene enormes dificultades.

Pérdidas y conflictos

«Oughourlian ha alcanzado una proyección muy alta en dos sectores muy sensibles como son media y defensa, los números no le salen y encima tiene conflictos en las dos empresas. Pone la pasta y encima tiene conflictos», sostiene una de las fuentes. «Te puede salir mal pero no puedes ensañarte», concluye.

Porque el problema es que todos estos líos le están empezando a pasar factura en términos de reputación. Y eso es muy peligroso cuando uno depende de que le presten dinero para invertir (estos fondos siempre van muy apalancados). Veremos si la huida hacia delante le sale bien o si, como parece más probable, sólo sirve para acrecentar el desastre.

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