Escándalo en la CNMV: ve «cooperación» pero no «concertación» en Indra y salva al dueño de Prisa
Hace unas semanas, planteábamos en esta columna si la CNMV se atrevería a demostrar su independencia y forzar una opa sobre Indra por la evidente concertación de sus accionistas (Amber, la Sepi y SAPA Placencia). Ya sabemos la respuesta: no. Lo ha anunciado este viernes en un comunicado sonrojante en el que intenta justificar lo injustificable, se contradice a sí misma y distingue entre «cooperación» y «concertación», como si fueran cosas distintas.
Y encima, lo anuncia un viernes víspera de Nochebuena. Probablemente, el mejor día del año (ahí, ahí con el Miércoles Santo) para que una noticia pase desapercibida. No crean en las casualidades: la CNMV podía haberlo anunciado hace semanas -el asalto al consejo se produjo en junio- o ya en 2023. Nadie le obligaba a publicarlo el 23 de diciembre.
Si no fuera por el dinero que hay en juego y, sobre todo, por el daño que hace a las instituciones y a la imagen de España, el comunicado sería hasta hilarante. Rodrigo Buenaventura, el presidente de la CNMV, no es un piernas – ahí está su trayectoria para demostrarlo- y no se ha prestado a plegarse a las presiones del Gobierno, resolver que no hubo concertación y chimpún. El asunto de Indra era demasiado escandaloso para no reconocer que una acción concertada sí que hay. Pero tratar de conciliar las dos cosas ha sido mucho peor. Como cuando un delantero duda entre pasar o tirar a puerta: falla seguro.
Comunicado ridículo
Porque cae en el absurdo y hace el ridículo. Así, empieza diciendo que «ha quedado acreditado que los accionistas SEPI, SAPA y Amber cooperaron para llevar a cabo los ceses, con una participación activa del presidente de Indra» (nótese el «cooperaron»). Bien, eres honesto y reconoces lo que todo el mundo sabe.
Pero si admites que hay cooperación, ¿cómo justificas que no tengan que lanzar una opa? Ahí llega el salto mortal: «Aun existiendo dicha cooperación, en este momento, no existen suficientes indicios que permitan considerar dicho acuerdo como una acción concertada para el control de la gestión de Indra». Ah amigo, hay cooperación pero no «concertación». En este país hemos inventado la sedición light, la malversación light y, ahora, la concertación light, véase cooperación.
¿Y cómo justifica esta distinción? Pues porque en la cooperación no se dan dos elementos que sí aparecen en la concertación, según esta nueva doctrina jurídica de Buenaventura: que no había pelea en el consejo sobre la estrategia o la gestión de la empresa, o asea, no es que se carguen a unos consejeros díscolos, y que ha sustituido a los consejeros independientes expulsados por otros y nada ha cambiado… salvo «las personas concretas que ocupan dichos cargos», como si dieran igual unas que otras.
No acaban ahí los disparates. En otro momento del comunicado, se olvida de la distinción entre los dos términos y se contradice flagrantemente: «Por tanto, no puede concluirse que esos elementos apunten claramente a una situación de cooperación entre accionistas para la obtención del control». Entonces, ¿no hay tampoco cooperación? ¿Pero no habíamos empezado diciendo que estaba acreditado? ¿En qué quedamos?
Y para rematar, a Buenaventura se le nota que tiene mala conciencia, como los árbitros que saben que han pitado un penalti injusto y quieren compensar al equipo perjudicado: deja la puerta abierta a forzar la opa si «en el futuro hay nuevos indicios» de concertación, y se ofrece a ir al Congreso a explicarlo si alguien se lo pide.
Salvar a Prisa
Más allá de todas estas cabriolas para justificarse, lo relevante es que la CNMV salva al presidente de Prisa y de Amber, el francés de origen armenio Joseph Oughourlian. Como también les hemos contado en OKDIARIO, este fondo pierde hasta la camisa con su inversión en la quebrada Prisa (como todos los que se han metido en esa máquina de destruir capital) y, por eso, ha buscado otros accionistas que pongan pasta en una ampliación. Como nadie quiere meterse en ese cenagal, de momento Oughourlian intenta aliviar las tensiones más urgentes de liquidez y evitar incurrir en default con una emisión de bonos convertibles. Y no ha convencido a todo el consejo.
Como Moncloa no deja que entre en Prisa alguien como Vivendi, que podría salvarla pero es de derechas, el fondo ha pedido alguna compensación para sus pérdidas. Y Pedro Sánchez ha pergeñado la operación de Indra con ese fin. Porque ahora, la jugada es dividir la compañía en dos y vender Minsait, la parte de tecnología civil, para pegar el pelotazo. Lo ha anunciado el propio Oughourlian y a ver qué se inventa la CNMV para justificarlo si la Sepi y SAPA lo apoyan (que lo apoyarán).
Con la Sepi como ejecutor, en la enésima actuación vergonzante de este holding que pagamos todos los españoles (Plus Ultra, Duro Felguera, etc.) y que la ínclita ministra de Hacienda, María Jesús Montero, maneja a su antojo; recuerden cuando le guardaba la presidencia a su protegido, el procesado Vicente Cecilio Fernández.
En todo caso, hoy es un día muy triste para el Estado de derecho, porque otra institución independiente ha sido también pervertida por el Gobierno socialista, como la Justicia, el CIS, la CNMC (ojo a la investigación de las petroleras), el INE, el Tribunal de Cuentas o RTVE.