Sin fecha y sin juez: la trama BBVA-Villarejo tendrá un nuevo instructor que no conoce el caso
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, alertó la semana pasada sobre el posible impacto del caso Villarejo en la cotización del BBVA -y, en consecuencia, en el precio de la OPA sobre su banco-. Sin embargo, el juicio por la contratación del ex comisario puede alargarse bastante, puesto que el nombramiento de un sustituto para el instructor de la causa, Manuel García-Castellón, tardará. Además, el nuevo magistrado no conocerá el caso puesto que su juez de refuerzo, Joaquín Gadea, no puede acceder a la plaza.
García-Castellón tuvo que jubilarse forzosamente en septiembre al alcanzar la edad máxima permitida, 72 años, tras haber pedido una prórroga en 2022. Con lo cual, su juzgado en la Audiencia Nacional ha quedado vacante a la espera del nombramiento de un sustituto y sin cerrar el sumario que afecta al BBVA.
De hecho, la última actuación del magistrado fue el auto de transformación en procedimiento abreviado en junio, en el que pedía sentar en el banquillo al BBVA como persona jurídica, a su ex presidente Francisco González y a una serie de directivos y ex directivos, así como al propio José Manuel Villarejo y a su socio, Rafael Redondo. Todos ellos acusados de los delitos de cohecho en grado de continuidad y revelación de secretos.
Ahora están llegando los escritos de petición de penas de las acusaciones y próximamente presentará el suyo la Fiscalía Anticorrupción. Pero las actuaciones seguirán paradas hasta que haya un nuevo inquilino en el juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia, lo que retrasará el auto de apertura de juicio oral.
Según fuentes judiciales, la plaza no saldrá a concurso previsiblemente hasta dentro de un mes, como mínimo, ya que antes deben cubrirse otras vacantes en el Tribunal Supremo. Entonces podrán presentarse candidatos y la adjudicación no llegará previsiblemente antes de Navidad. Por tanto, el nuevo titular del juzgado no empezará a trabajar hasta el próximo año.
El sucesor no conocerá el sumario
Para complicarlo todavía más, el sucesor de García-Castellón no conocerá el sumario de la contratación de Villarejo por el BBVA durante 17 años, y tendrá que familiarizarse con él antes de dictar el citado auto. El único juez que lo conoce es el citado Gadea, que ha llevado a cabo numerosas actuaciones, incluyendo declaraciones de testigos e imputados en la causa.
Ahora bien, Gadea no puede acceder a la plaza, siempre según las fuentes, porque no cumple el requisito de «haber prestado servicios en el orden jurisdiccional penal durante ocho años dentro de los doce años inmediatamente anteriores a la fecha de la convocatoria», según el artículo 329.5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Es decir, no cuenta con la antigüedad necesaria. La única posibilidad sería que no se presente ningún otro magistrado que tenga esa antigüedad, con lo que se elegiría al que tenga mejor puesto en el escalafón.
Una vez que haya sustituto, que se familiarice con el sumario y que ordene la apertura de juicio oral, la celebración de la vista dependerá de algo tan prosaico como la disponibilidad de salas en la Audiencia Nacional, algo que suele retrasarse bastante; el juicio por el Banco Popular también depende de esa disponibilidad.
Por tanto, la cosa va para largo y no habrá condena al BBVA (en el caso de que la haya) hasta mucho después de que la autoridad de Competencia (CNMC) emita su informe sobre la OPA al Sabadell, lo que permitirá al banco que preside Carlos Torres lanzar formalmente la oferta -siempre que no la retire porque las condiciones impuestas no la hagan rentable o que la CNMC vete directamente la operación-.
No obstante, eso no significa que no vaya a haber noticias que puedan afectar a la cotización en Bolsa, como advertía Oliu. Por un lado, la petición de penas del fiscal en su escrito de calificación puede suponer un duro golpe para el BBVA si son muy elevadas, y posteriormente, el auto de apertura de juicio oral también puede dejar al banco y a sus responsables a los pies de los caballos si mantiene la dureza de la instrucción de García-Castellón.