Automoción

Seat exige “ayudas públicas” para cumplir las exigencias de emisiones del Gobierno

El presidente del fabricante español de vehículos reconoce preocupación en el grupo por la intención del Ejecutivo de reducir las emisiones brutalmente en 12 años

Preocupación en Seat por la hoja de ruta marcada por el Gobierno esta semana

Seat exige “ayudas públicas” para cumplir las exigencias de emisiones del Gobierno
Luca de Meo

Existe “inquietud” en Seat por la hoja de ruta que el Ministerio de Transición Ecológica ha marcado para el sector y que prevé que en 2040 ya no puedan matricularse coches de gasolina, diésel o híbridos. Su presidente Luca de Meo, ha dicho que “necesitaremos una transformación tan fuerte que hará falta un trabajo conjunto de los diferentes grupos de interés. Si las autoridades nos exigen esto, tendrán que saber que no va a ser gratis”, ha indicado el italiano.

De Meo ha recibido a un grupo de periodistas en su despacho en la fábrica de Martorell (Barcelona), la factoría principal de Seat. “Aceptamos que el escenario central son 95 gramos de emisiones medias en 2020. Luego menos 15% que nos lleva a 81, 82 gramos medio en 2025. Y posteriormente 50 en 2030. Si miramos a uno de los coches más ecológicos ahora mismo como por ejemplo es un Toyota Yaris híbrido, veremos que emite 82 gramos. Esto quiere decir que uno de los coches más ecológicos que hay llega justo a la media que vamos a tener que lograr todos los coches en 2025. La mitad de coches tendrá que estar por debajo y esto no se va a poder hacer si no hay ayudas públicas”.

De Meo ha exigido que el Ejecutivo «cree las condiciones necesarias» para que los objetivos que se plantea sean realizables.

El italiano ha llamado la atención sobre las intenciones del Ministerio de Teresa Ribera: “Es una transformación en 10 años total de una de las industrias más importantes en inversión que hay en el planeta. Y donde sabemos que partimos de cero. Hoy el mix de coches eléctricos en España es 0,3% del mercado. La aceleración en 10 años tiene que ser brutal. Cuando más del 50% de coches van a tener que ser en pocos años o híbridos o eléctricos, necesitas un muy buen argumento de cara al cliente para explicarle por qué se tiene que comprar esto y no otro”. Ese argumento debe ser económico, entre otros. Hoy en día los coches eléctricos más vendidos del mercado son 10.000 euros más caros que el precio medio de la gasolina o el diésel.

Los trabajadores de Seat tienen una gran inquietud, reconoció De Meo, ante las medidas que se pretenden implantar. Primero, porque actualmente la empresa no fabrica ningún coche eléctrico (se planifica empezar a fabricar el primero en 2020, aunque la producción no será en Martorell sino en Alemania). Segundo, porque su apuesta por el GNC (gas natural) parece que queda en fuera de juego cuando las autoridades plantean prohibir incluso tecnologías poco contaminantes como son los híbridos.

Además, la compañía no tiene actualmente vehículos comerciales ni planifica lanzar ninguno de ellos. Esto es importante porque las restricciones a la movilidad se están centrando sobre el vehículo privado (en la entrada a las ciudades principalmente) y no tanto sobre los vehículos industriales o comerciales que por el momento no están en el foco de los cambios regulatorios.

Además, a todo ello se añade el riesgo político que afecta a Seat, el fabricante de coches español por antonomasia que se encuentra ampliamente concentrado en Cataluña, donde ahora mismo hay un Govern de la Generalitat que se ha instalado en la rebeldía respecto al resto del Estado.

Pese a todo ello el presidente de Seat se muestra optimista: “Este año vamos a crecer en ventas por encima del año pasado. Nuestros nuevos modelos están teniendo aceptación”.

La compañía ve venir las tendencias del coche conectado, eléctrico y autónomo, pero tan sólo se encuentra actualmente bien posicionada en el primero, donde aseguran tener capacidad para ofrecer servicios de conexión en colaboración con otras compañías. Según el responsable de Diseño de la marca, Alejandro Mesonero-Romanos, “estamos ahora mismo en un momento de disrupción tecnológica que si no es tan grande como cuando se cambió del coche de caballos al motor de explosión, se le parece mucho”. De Meo no quiere que este horizonte, si llega a producirse, dañe a una compañía que está aumentando ventas de forma exponencial.

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