Sánchez toma el camino de Zapatero: sus ‘chequevotos’ elevarán el déficit un 1,5% entre 2022 y 2023
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se está pareciendo cada vez más a su antecesor socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que perdió las elecciones de diciembre de 2011 después de verse obligado por Bruselas a rebajar el sueldo de los funcionarios para reducir el gasto público tras años de dispendios. Como Zapatero, Sánchez está poniendo en marcha medidas que elevan el gasto público mientras se niega a reducir costes superfluos y mantiene el Gobierno más caro de la historia reciente del país.
Según expertos como BBVA, Banco de España y la AIReF, las medidas como las anunciadas en el Debate sobre el Estado de la Nación -becas de 100 euros para los estudiantes que ya fueran beneficiarios o trenes gratis- subirán el déficit público en un 1,5% entre este año y el próximo, lo que «mantendrá el déficit estructural por encima del 4%», han explicado desde BBVA Research. Por su parte, la AIReF ha elevado su previsión de déficit para este año del 4,2% al 4,5% por las medidas anunciadas por Sánchez.
Los expertos coinciden en que «el ajuste estos años será negativo», por lo que la mínima reducción del déficit que se va a dar estos dos años que quedan de legislatura «se deberán al ciclo económico», es decir, al incremento de la recaudación tributaria por la subida de impuestos y a la reducción del gasto de años anteriores en hacer frente al coronavirus y en desempleo.
Se trata de cuestiones ajenas a un plan de ajuste fiscal creíble, que están pidiendo desde estos organismos. El déficit cerró en 2021 en el 6,76% y la estimación de BBVA es que quede en el 5,5% este año. La reducción por tanto se limitaría al incremento del PIB. Para 2023 se situaría en el 5,4%, prácticamente similar.
Las medidas implementadas por Sánchez elevarán el gasto y el déficit se moderará sólo por efectos del ciclo económico. BBVA Research señala en su reciente informe sobre la economía española que «las medidas implementadas para reducir el impacto del encarecimiento del combustible y de la electricidad pueden tener que persistir en el tiempo, dado que se espera que el coste de la gasolina y del gas se mantengan elevados cuando menos durante el siguiente año. Esto ralentizará el ritmo de reducción del déficit. Por eso es importante focalizar las ayudas en los colectivos más vulnerables, dejar claro que el apoyo será temporal y respetar el mecanismo de precios para incentivar la transición hacia un modelo productivo más sostenible».
«A Sánchez le va a pasar lo que a Zapatero», vaticina el economista José Ramón Pin. «Gasto y más gasto hasta que llegue Bruselas y le diga que no puede gastar más y que tiene que reducir costes para bajar el déficit. Entonces le pasará como a Zapatero en mayo de 2010, que bajó el sueldo a los funcionarios y fue su final político», recuerda. En Bruselas ya se habla de recuperar las reglas fiscales para 2023 -que obligan a cumplir con un déficit máximo del 3%-.
En este sentido, hay que recordar que Sánchez se ha comprometido a elevar las pensiones con el IPC, lo que obligaría a sumar más de 10.000 millones al gasto. Y se tiene que negociar la subida de los sueldos de los funcionarios. Y todo esto cuando, tras el verano, la economía sufrirá un frenazo que puede acabar en recesión a partir del cuatro trimestre del año.