Sánchez monta su numerito en Bruselas y obliga enfadado a parar el Consejo Europeo: «Necesito aire»
El presidente ya sabe que no logrará ninguna de sus propuestas tras el rechazo de Alemania y Holanda a todas sus peticiones
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Sánchez no logra ningún cara a cara relevante en Bruselas y vende una bilateral con el presidente bosnio
Pedro Sánchez se está convirtiendo en el principal escollo en el Consejo Europeo que se celebra en Bruselas. Aunque en su equipo manifiestan que el jefe del Ejecutivo «no vetará ninguna conclusión» lo cierto es que está enfadado. Mucho. Hasta el punto de que este mediodía, tras el almuerzo, ha obligado a parar la reunión de los 27 líderes europeos con un tremendo enfado por ver el ninguneo a todas sus propuestas y una excusa: «Necesito aire». «Se trata de una parada técnica» defendían fuentes de Moncloa. Al resto de países ese take a break al que él estaba acostumbrado en las canchas de baloncesto no ha gustado.
A pocas horas para que finalice una de las reuniones más importantes del Consejo Europeo de los últimos años, Sánchez sabe que va a tener que alinear muy bien sus palabras para disimular la derrota que va a sufrir. La culpa de todo ello son las altas expectativas con las que llegaba a la cita. Durante la semana previa al cónclave de Bruselas viajó por hasta seis países de la Unión, a modo de auto invitación, para intentar convencer a sus homólogos de la necesidad de desacoplar el precio del gas del de la luz. Sus exposiciones no convencieron, tal como avanzó el martes por la mañana OKDIARIO. Aún así, anoche en su equipo seguían insistiendo que «si Alemania cede es posible». A pocos metros Alemania decía que no.
Pero más allá de esa propuesta de máximos, que tenía muy pocos visos de salir adelante, al presidente español no le quedará ni el premio de consolación con el que comparecer ante los medios de comunicación con una pequeña victoria. La de la ‘DUI energética’ de España y Portugal para que puedan tener un marco regulador distinto al del resto de estados miembros, dado que ambos países de la Península ibérica sólo tienen un 2,8% de interconexiones. Es decir «son una isla energética», según sus propias palabras. También en eso Sánchez se ha topado con la intransigencia de los países del Norte, de Alemania y Holanda particularmente, que rechazan esa opción conscientes de que la tendrán que acabar pagando ellos.
«Insiste, insiste mucho, hasta el punto de hacerse pesado», aseguraba en las últimas horas un colaborador del canciller alemán Olaf Scholz sobre las posiciones que defiende Pedro Sánchez dentro la sala. Aunque consiguió el apoyo de algunos estados, como Portugal, Italia, Grecia o Croacia, en el debate España se ha quedado solo argumentando la necesidad de adoptar estas medidas. Y se ha convertido en un combate entre Sánchez, Scholz y Mark Rutte. De ahí que, con la fortaleza de los países frugales, y al borde de la derrota, el español haya pedido un tiempo muerto para airearse, respirar y empezar a pensar como salir de esta.