Sánchez asumió personalmente la entrada del Gobierno en Telefónica a espaldas de la ministra Montero
El presidente del Gobierno luchó por la entrada del Estado en el capital social de la principal 'teleco' española
La irrupción del Estado en Telefónica ha sido una batalla personal del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Fuentes conocedoras de la operación comunicada el pasado martes a la CNMV por la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), explican a OKDIARIO que el jefe del Ejecutivo asumió «de forma personal» la invasión de la principal teleco española y a espaldas de su ministra de Hacienda y vicepresidenta cuarta, María Jesús Montero.
Todo un varapalo para la ministra socialista, quien quedó ninguneada en la negociación de la que se convertirá en la primera renacionalización del 10% de la multinacional presidida por José María Álvarez-Pallete.
María Jesús Montero retrocede así a segunda fila, por detrás de Yolanda. Sánchez relegó a Montero a un segundo lugar en la adquisición por el Gobierno de ese 10% de Telefónica, quedando incluso a la sombra de la ministra de Trabajo y también vicepresidenta, Díaz. Por su parte, la líder de Sumar, como informó este periódico, tiene la intención de «tomar el mando de la SEPI con el objeto de crear un holding público que controle Telefónica».
Ahora bien, el vilipendio de Montero por parte de Sánchez podría costarle caro a esta apuesta personal del presidente. Si bien la forma más sencilla de ejecutar la adquisición sería imitar a STC, es decir; comprar pequeños paquetes durante varios meses, a través de un banco de inversión; también cabría una OPA -operación complicada-, financiar la operación con un crédito bancario o, y ahí entra Montero, fijar en los Presupuestos Generales del Estado una transferencia a la SEPI por 2.000 millones.
Es decir, el importe que, teniendo en cuenta la cotización de sus acciones, representa el 10% de Telefónica. «Al final, Montero pasará por el aro y peleará en las cuentas públicas del próximo año lo que le pida Sánchez», señalan las fuentes, a lo que agregan: «El problema será el agujero que va a dejar, más déficit para los años siguientes».
Los saudíes, sin el 10%
Por su parte, el que pretendía ser el principal accionista minoritario de la teleco, la saudí STC Group, se quedará, por ahora, sin el 10% (tiene un 4,9% en acciones y otro 5% en derivados, dependientes de la autorización del Gobierno). Otras fuentes conocedoras de la situación apuntalan a este periódico que «el Ministerio de Defensa ha trasladado a los saudíes de forma extraoficial que no les dará» el porcentaje restante hasta ese 10%.
Por tanto, STC no será competidor de la SEPI, al menos, por ahora. Su suerte podría ser encarrilada, en caso de interesarle, si se aliase con el resto de los grandes accionistas -BBVA (4,87%9), Blackrock (4,48%) o Caixabank (3,5%)-. «El propio Pallete trasladó a STC que si querían entrar de verdad», lo hicieran con el 5%, y hablaran con el resto de «socios», para «demostrar una actitud», señalan otras fuentes cercanas a la presidencia de Telefónica. Es decir, como buen casamentero preocupado por el porvenir del valor de la compañía, trasladó un mensaje de acogida a los saudíes, con el objeto de que estos encontrasen el camino allanado para iniciar unas buenas relaciones con el resto de entidades con mayor participación en la teleco.
En cualquier caso, esas mismas fuentes explican que «la entrada del Gobierno no bloquea el 5% restante que quieren adquirir los saudíes», al contrario de lo que algunos socios de Sánchez han intentado hacer creer a los medios de comunicación de la cuerda oficial del Gobierno.
Lo que sí parece claro es que en ningún momento Telefónica ha dudado de su españolidad. Fuentes cercanas a la dirección de la compañía recuerdan a OKDIARIO que poseen «más de un millón de accionistas españoles», un dato que podría ser incluso actualizado al alza en los próximos días, antes de que termine el ejercicio fiscal. Por su parte, la compañía, de forma oficial y hasta el momento, ha preferido no hacer declaraciones sobre la entrada del Gobierno en Telefónica, no con un 5% sino con un 10%.