La salvación de Abengoa en el aire: la SEPI impondrá duras condiciones al único inversor que queda
El holding público no está dispuesto a que el fondo TerraMar liquide activos de Abenewco1
Los hermanos Amodio (OHL) se retiran de la puja por Abengoa por las incertidumbres
La SEPI prefiere la oferta de Amodio y los minoritarios por la filial buena de Abengoa
La salvación de Abengoa vuelve a estar muy complicada. La decisión de los hermanos Amodio (dueños de OHL) de no presentar una oferta por la filial ‘buena’, Abenewco1, deja como único posible comprador al fondo TerraMar. Esta opción no convence en absoluto a la SEPI -que prefería la opción de Amodio, como informó OKDIARIO-, por lo que planteará unas duras condiciones que, a su vez, pueden ahuyentar al citado fondo porque no obtendría la rentabilidad esperada de su inversión. Lo cual forzaría el concurso de acreedores que la compañía lleva esquivando desde agosto.
«La SEPI no va a dar 249 millones a Abenewco para que llegue el nuevo dueño y liquide la compañía. Va a exigir a TerraMar que mantenga la integridad de la empresa (es decir, que no la trocee) y, posiblemente, los empleos después de la polémica con los ERE de la banca», señala una fuente conocedora de la situación.
«Dar un cerro de millones y liquidar la empresa sería un escándalo mayor que el de Plus Ultra», señala otra fuente. Precisamente, el precedente de la aerolínea y la posibilidad de que haya responsabilidades penales es un poderoso argumento para que la SEPI extreme las cautelas en el caso de Abengoa; de hecho, el holding público se ha retirado de la compra de Alcoa por este motivo, como también ha adelantado este medio.
Pero este tipo de fondos especulativos buscan una rentabilidad muy alta de su inversión (de 200 millones, según se ha comprometido), para lo cual suelen trocear las empresas: liquidan las partes que no son rentables y reestructuran las que van bien para poder venderlas en unos años con beneficio. En consecuencia, las exigencias que va a imponer la SEPI pueden desbaratar los planes de TerraMar y hacer que desista de su oferta, aunque inicialmente aseguró que no pensaba trocearla.
Más problemas: las reticencias de la banca
No es el único problema al que se enfrenta la operación. Los bancos acreedores deben aportar 300 millones en avales (con garantía parcial del ICO) y algunas entidades se muestran reticentes a hacerlo. «Hasta que no conozcan el plan industrial de TerraMar, los bancos no van a dar su visto bueno. Y existe un alto riesgo de que no les convenza el plan», señala otra fuente.
Otra de las fuentes citadas se muestra muy pesimista: «Cada vez parece más claro que la única salida es el concurso de acreedores. Solo la puede evitar la presión política». Una presión que vendrá de la Junta de Andalucía, con muy poco ascendente sobre la SEPI, pero que también puede llegar por el lado de María Jesús Montero, que es sevillana, de la que depende el holding público.
La oferta de TerraMar consiste en un primer préstamo de 35 millones a Abenewco 1 para dar liquidez a la empresa; un segundo préstamo en una segunda fase de 115 millones (con lo que el crédito total será de 150 millones); y, finalmente, la aportación de 50 millones en una ampliación de capital sólo para el fondo con la que alcanzará el 70% del accionariado de la compañía. Posteriormente es cuando entraría el dinero de la SEPI, 249 millones de euros, que serviría para «el repago de la financiación ICO y el dinero sobrante para usos generales de Abenewco 1».