Ryanair estudia salir de la Bolsa de Londres por las reglas del Brexit
Ryanair considera abandonar la Bolsa de Londres debido a la caída este año del «volumen de negociación» de acciones ordinarias, las cuales, como consecuencia del Brexit, solo pueden adquirir ciudadanos de la Unión Europea (UE), según ha indicado la propia aerolínea irlandesa durante la presentación de sus resultados. Durante su primer semestre fiscal logró reducir un 88,4% sus pérdidas en comparación con el mismo periodo del año anterior.
«La junta de Ryanair está considerando ahora los méritos de mantener la cotización estándar» en el parqué londinense, señaló la compañía en el informe de resultados presentado este lunes.
Ryanair confirmó el pasado año que a partir de enero de 2021, con la entrada en vigor del Brexit, debía restringir los derechos de los accionistas británicos para asegurar que la mayoría de los títulos de la empresa están en manos de comunitarios. La normativa de la UE establece que más del 50 % de sus acciones deben estar en manos de titulares del bloque, como condición para poder operar en todo el continente bajo la política de «cielos abiertos».
La aerolínea, líder del sector de bajo coste, explicó este lunes que la posible salida de la Bolsa de Londres sería «coherente» con la «tendencia general de negociación de acciones de empresas» comunitarias después de la salida del Reino Unido de la UE. «Potencialmente, es más aguda para Ryanair, ya que la prohibición impuesta a ciudadanos de fuera de la UE para comprar acciones ordinarias de Ryanair se ha extendido a ciudadanos del Reino Unido tras el Brexit», señaló.
Reduce sus ‘números rojos’
Por otro lado, Ryanair contabilizó unas pérdidas netas atribuidas de 47,6 millones de euros en su primer semestre fiscal, finalizado en septiembre, lo que equivale a una reducción del 88,4% en comparación con los ‘números rojos’ registrados en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Los ingresos experimentaron un incremento interanual del 83,2%, hasta situarse en 2.154,9 millones de euros. De esa cifra, la venta de pasajes aéreos supuso una facturación de 1.273,3 millones de euros, un 61% más, mientras que los ingresos por servicios auxiliares se situaron en 881,6 millones, un 129% más. El coste del combustible se duplicó durante el primer semestre fiscal, hasta alcanzar los 713,1 millones de euros, mientras que las tasas aeroportuarias que tiene que abonar Ryanair por su actividad se elevaron un 99%, hasta 336,9 millones.
Los costes laborales aumentaron un 29%, hasta 303,1 millones de euros, mientras que los costes asociados a las rutas se duplicaron, hasta 230 millones de euros. La partida de marketing y distribución avanzó un 58%, hasta 168,3 millones, mientras que el coste del mantenimiento y las reparaciones fue de 117,8 millones, un 43% más.
A 30 de septiembre, Ryanair contaba con una flota operativa de 438 aviones Boeing 737 y de 29 Airbus 320.
Sólo en su segundo trimestre fiscal, la aerolínea se anotó unos beneficios netos atribuidos de 225 millones de euros, frente a las pérdidas de 225,5 millones del mismo periodo del ejercicio anterior. De su lado, la cifra de negocios se elevó un 70%, hasta 1.784,4 millones de euros.