¡Que nos suben el precio de la luz!
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Quedan escasos días para que Sánchez decida si sube el precio de la luz a partir del 1 de enero de 2024. La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ya ha advertido que con un 20% más de IVA y la vuelta al Impuesto de Electricidad, una familia con 4 convivientes y un consumo anual de 3.500 kWh, podría pagar unos 30 euros más al mes. ¿Preferirá el Gobierno socialista hacer caja para mantener sus chiringuitos con la excusa de la vuelta a la normalidad? ¿O prorrogará las medidas que decaen esta Nochevieja para hacer frente a la crisis energética?
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera lo tuvo claro desde el pasado octubre: hay que prorrogar la reducción del IVA de la luz y el gas. Y Sánchez, ¿lo verá igual de nítido y ayudará a las familias antes de que acabe el año?, ¿o el presidente sólo lanzó a su emisaria para sondear a la opinión pública pero en verdad dejará que las familias vuelvan a pagar más tributos indirectos en el mes más frio de año?
El próximo martes, el Consejo de Ministros revisará el Impuesto a las energéticas. Sería el momento ideal para prorrogar las ayudas a la factura de la electricidad. Por ejemplo, la rebaja del IVA del recibo de la luz del 10% al 5% aplicado a los consumidores, empresas o particulares, con una potencia contratada de hasta 10 kilovatios; la aplicación del tipo impositivo del 0,5% del Impuesto Especial sobre la Electricidad -en lugar del 5,11%- o la suspensión del Impuesto sobre la producción eléctrica del 7%.
A las eléctricas les puede dar más o menos igual que nos suban el precio de la luz -«la energía ya está vendida»-, pero si se suben los impuestos al cliente final, el consumo podría verse afectado. Sí, incluso en el mes más frío del año o eso me cuentan desde el sector. Cierto que ahora estamos pagando algo menos por la gasolina, pero los alimentos nos cuestan más de la mitad de lo que valían cuando se beneficiaron de la rebaja del IVA. Hasta la OCDE ha advertido de la caída de nuestro poder adquisitivo.
Y sí, la gente puede optar por coger más el transporte público. Pero no, de cantidad de comida nadie va a recortar. De luz, sí. Y eso, merma directamente su calidad de vida.
Mantener el IVA reducido para la luz -la exención total no es posible por normativa europea- a corto plazo ayudaría a las familias españolas que no pueden encender tantos radiadores en su hogar como quisiesen. Todo ello a pesar de depender del ciclo combinado durante un tiempo. Y, a la larga, nos equipararía a nuestros vecinos comunitarios y contribuiría a electrificar la economía. Ribera, Sánchez, recapaciten: no suban la factura de la luz el próximo 1 de enero a los españoles.