La prueba de fuego de Barcelona: ‘atar en corto’ el Mobile World Congress o perderlo para siempre
No es baladí que Barcelona pierda o no pierda la celebración del Mobile World Congress (MWC). No lo es en absoluto, sobre todo a tenor del impacto económico que tiene para la región y, por ende, para el resto de España. Crea alrededor de 13.000 empleos, genera una riqueza en solo una semana de casi medio millón de euros y, además, pone a la Ciudad Condal en el mapa de la innovación internacional.
La ciudad con más aires europeos de España, al menos hasta el pasado 1-O, tendrá que pasar esta semana la prueba de fuego y demostrar que quiere que el Mobile Wolrd Congress se quede en suelo barcelonés. Barcelona ya ha perdido la Agencia Europea del Medicamento, ahora también podría perder la cita de la tecnología y la innovación más importante del mundo si no consigue la paz y la tranquilidad que demanda una feria de estas características. Esta edición de 2018 es todo un reto y debe estar todo perfecto.
El MWC deja en Barcelona la friolera de 471 millones de euros y crea alrededor de 13.000 empleos temporales. Dos cifras que deberían ser razones suficientes para el Ayuntamiento de la ciudad liderado por Ada Colau, sin embargo, la edil ha desatado la discordia.
Ni Colau ni Roger Torrent, presidente del Parlament, participará en los saludos protocolarios al Rey Felipe que preceden a la cena oficial y a la inauguración del Mobile World Congress. Ambos mandatarios catalanes han señalado que es su manera de mostrar rechazo al papel del Monarca tras las cargas policiales del pasado referéndum ilegal del mes de octubre de 2017.
El Gobierno, por su parte, ha señalado que la actitud de Colau ha sido “irresponsable y sectaria”, así como “mezquina”. Además, cree que pone en “riesgo que Barcelona pueda seguir albergando un evento global de tanta importancia”.
A diferencia de ediciones anteriores no hay huelgas convocadas en el sector del transporte, por lo que la movilidad está en un principio garantizada. Sin embargo, Barcelona no tiene todas las cartas bajo control, pues desde la organización del MWC han pedido estabilidad y Colau está erosionando la tranquilidad desde las propias instituciones.
No olvidemos que la GSMA – la asociación que organiza el Mobile – emitió un escueto comunicado en el que aseguraba que estaba «monitorizando la situación en España y en Cataluña y evaluando cualquier impacto potencial para la Mobile World Capital y el Mobile World Congress».
En el momento del más alto voltaje de crisis en Cataluña debido al independentismo, fuentes del sector aseguraban a OKDIARIO que la organización ya no podía mover la edición de 2018 porque «sería como mover un transatlántico», pero que nos les iba a «temblar la mano» en llevarse la feria tecnológica a otro punto del planeta, aunque tuvieran que saltarse el contrato vigente.
La cita tiene tal impacto en España y Cataluña que el Ministerio de Energía, Industria y Agencia Digital mandó un emisario a calmar las aguas de la GSMA para que no se plantearan siquiera la posibilidad de abandonar la ciudad de Antoni Gaudí. La persona enviada entonces fue José María Lassalle, secretario de Estado para la Sociedad de la Información y Agenda Digital.
También, fuentes del sector comentan a OKDIARIO que la ciudad de Madrid estaría preparada y dispuesta a albergar un evento de estas características. Por ello, Ifema ha estado trabajando en un plan de contingencia si la organización del MWC decide finalmente abandonar Barcelona por la inestabilidad social y política.
Fuentes de Ifema, no obstante, explicaba que ahora mismo no están en esa lucha porque creen que en Cataluña se regresará a la más absoluta normalidad.