El problema es la productividad: los españoles trabajan 38 días más al año que los alemanes
Los españoles son los ciudadanos europeos que más horas trabajan al año, sólo superados por los italianos. En concreto, los trabajadores de nuestro país pasan más de 305 horas que los alemanes y más de 184 horas que los franceses lo que, teniendo en cuenta una jornada media de ocho horas, implica que en España trabajamos 38 días más al año que los germanos y 24 más que los galos.
Así lo revelan los datos de la OCDE que recoge el blog especializado en economía zerohedge y que sitúa a la cabeza de la lista de volumen de horas anuales trabajadas a los mexicanos, seguidos por los coreanos (del Sur, por supuesto), griegos, chilenos, rusos, turcos y norteamericanos. España ocupa el lugar número 11 en esta lista:
Estos datos desmienten el argumento que utilizan algunos dirigentes del Norte de Europa para criticar la falta de compromiso laboral de los países mediterráneos, pero al mismo tiempo ponen de manifiesto que en el Sur de la eurozona existe un problema de productividad que no permite sacar todo el provecho en términos de PIB al tiempo que se dedica al trabajo. Los países más ricos son los más productivos, es decir, aquellos que sacan más partido a cada hora trabajada.
El diagnóstico de la OCDE es claro: España lleva tiempo padeciendo un crecimiento muy bajo de la productividad, lo cual ha limitado el aumento de los niveles de vida. En su último informe sobre nuestra economía, el organismo destaca que la asignación del capital hacia empresas de baja productividad y la escasez de inversión en innovación «han lastrado la productividad, aunque recientemente la asignación del capital ha mejorado».
Entre las políticas que favorecen una mejor asignación del capital y una mayor productividad la OCDE cita la reducción de los obstáculos regulatorios en los mercados de bienes que lastran la competencia, la promoción de mayores inversiones en I+D+i, y garantías de que el capital se dirija a un espectro más amplio de empresas innovadoras. «La reducción de las barreras de entrada y la mejora de las condiciones estructurales para la creación de empresas también contribuirían a impulsar las inversiones respetuosas con el medio ambiente», indica el organismo.
La OCDE considera que es «importante» estimular la productividad en España «reorientando el gasto hacia partidas que promuevan el crecimiento, como la educación, las políticas activas del mercado de trabajo y el I+D, las cuales son inferiores a las de los países homólogos y han descendido de forma significativa desde la crisis». De esta forma, las mejoras en la productividad, si se comparten a través de aumentos salariales, «serán fundamentales para mejorar el bienestar de la ciudadanía española y para conseguir un crecimiento más inclusivo».
Tal y como se ha indicado en anteriores estudios de la OCDE, el aumento del PIB per cápita y el bienestar, sobre todo mediante incrementos de la productividad, constituye el principal desafío económico de España a medio plazo. El crecimiento de la productividad ha mejorado ligeramente con posterioridad a la crisis, debido en parte al menor peso del sector de la construcción pero sigue siendo bajo, con un promedio de en torno al 0% entre 2008 y 2015.