El PIB está dopado: el gasto público crece el triple que el de los hogares y el doble que la inversión
La inversión (la Formación Bruta de Capital Fijo) ha repuntado un 1% en el segundo trimestre de 2019, un ritmo casi ocho veces inferior que el registrado en el mismo periodo de 2018 (7,9%).
El gasto de los hogares crece tan sólo un 0,6% en términos interanuales pero llegó a aumentar un 2,5% en el primer trimestre de 2018 y un 2,1% entre abril y junio del año pasado.
El gasto en consumo final de las administraciones públicas creció un 2,2% en el segundo trimestre de 2019.
El Producto Interior Bruto español se encuentra dopado por la clase política. Los últimos datos de Contabilidad Nacional muestran que el PIB crece a un ritmo del 2%, un crecimiento mucho más bajo que el registrado durante la recuperación económica, cuando la economía llegó a repuntar hasta un 4,2% interanual en 2015. Sin embargo, si no fuera por el gasto público el crecimiento sería aún menor.
El gasto en consumo final de las administraciones públicas creció un 2,2% en el segundo trimestre de 2019. Es la misma tasa de crecimiento que la registrada en el cuarto trimestre de 2018 y que entre enero y marzo de 2019.
Mientras que el crecimiento del gasto público ha ido in crescendo, el consumo de los hogares y la inversión están sufriendo una clara desaceleración que muestran que la economía española se encuentra en una situación crítica.
La inversión (la Formación Bruta de Capital Fijo) ha repuntado un 1% en el segundo trimestre de 2019, un ritmo casi ocho veces inferior que el registrado en el mismo periodo de 2018 (7,9%). El gasto de los hogares crece tan sólo un 0,6% en términos interanuales pero llegó a aumentar un 2,5% en el primer trimestre de 2018 y un 2,1% entre abril y junio del año pasado.
Es decir, que el gasto público crece a un ritmo tres veces superior que el de los hogares y más del doble que la inversión, lo que indica que la economía estaría avanzando menos de un 2% si no fuera porque se encuentra dopada por la política de gastos de las administraciones públicas, que se traduce en cifras récord de deuda pública, como ponen de manifiesto las últimas estadísticas del Banco de España.
La economía española también sigue sustentada por el crecimiento de las exportaciones (crecen un 2,2% interanual entre enero y marzo), un impulso del sector exterior que CEOE considera que no podrá sostenerse durante la segunda mitad del año: “De cara a lo que resta de año, el contexto internacional previsto no sustentará un elevado avance de nuestras exportaciones”, señala la patronal en una nota de prensa en la que valora los últimos datos de Contabilidad Nacional.
Falta de productividad y competitividad
Mientras tanto, España afronta la desaceleración sin solucionar el problema de la falta de productividad y con unos costes laborales crecientes. La productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo acumula ya seis trimestres consecutivos de descensos. En el segundo trimestre de 2019 la caída fue del 0,5%.
A esto se suma que los costes laborales unitarios ya crecen a un ritmo del 2,8%, un punto más que el deflactor implícito del PIB (1,8%), lo que revela que los costes laborales están creciendo más que el avance de los precios en el conjunto de la economía. La competitividad de la economía española se encuentra tocada en uno de los peores momentos.
La opinión de los expertos
Almudena Semur, gerente del Instituto de Estudios Económicos, señala que en las épocas adversas del ciclo económico la tasa de ahorro aumenta. “Si se compara con la de hace un año verás se observa un aumento de la tasa de ahorro”, apunta. De hecho, los hogares españoles gastaron en el segundo trimestre menos de lo que ingresaron, lo que llevó a que su tasa de ahorro se situara en el 19,3%, su valor más alto en diez años.
No obstante, Semur cree que no hay que ser catastrofistas porque la economía española “está soportando muy bien embates externos como el Brexit o la desaceleración de Alemania, e internos, como la incertidumbre de no tener gobierno”. “Estamos resistiendo bien aunque no hay que bajar la guardia”, remacha. La analista también opina que “es mejor que el crecimiento venga de las exportaciones y del consumo” que de un aumento del gasto público, que puede comprometer la reducción del déficit.
Francisco Cabrillo, catedrático de Economía Política y Hacienda Pública de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), considera que los datos de Contabilidad Nacional muestran «un empujón fuerte por parte del sector exterior», ya que las exportaciones crecen un 2,2% y las importaciones caen un 0,7%. Sin embargo, pide precaución: «El sector exterior es muy aleatorio», remarca, incidiendo en que la evolución futura dependerá de cómo evolucione la economía internacional.
«Lo que sí parece es que el sector público no tiene ningún interés de dejar de gastar a pesar de que parte de una situación en la que hay un déficit público elevado y una deuda pública muy alta», explica Cabrillo. El catedrático ve positivo que, ante la actual situación económica, «la gente empieza a ahorrar».