El muro de Trump saldría más barato si lo construyese el ejército americano

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Miembros de la Guardia Nacional construyendo el muro en California en 2006 Foto: Getty
María Villardón

El muro que Donald Trump quiere levantar para frenar la inmigración que viene de México se está convirtiendo en una continua disputa política, moral y económica. Según las estimaciones del Gobierno, esta pared costará alrededor de 14.000 millones de euros y se hará próximamente la adjudicación del concurso a una empresa privada. Los medios de comunicación estadounidenses, por su parte, plantean un abaratamiento de los costes considerable si la construcción la llevara a cabo el ejército americano.

Pocos días después de llegar a la Casa Blanca, Trump dio luz verde al levantamiento del muro que separará México de EEUU. Son más de 3.000 km y el costará alrededor de 14.000 millones de euros, según declaró Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes.

Eso sí, es cierto que ha habido bastantes vaivenes en las cifras según la procedencia. Por ejemplo, Bloomberg lo cifró en 14.000 millones de euros como mínimo, mientras que The Economist ha señalado que el gasto podría fijarse entre los 15.000 y los 25.000 millones de euros. Pero aquí viene un gasto mayor, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MI) lo ha cifrado entre 25.000 y 38.000 millones. Como ven, la disparidad está servida.

Además, otro de los asuntos es quién va a pagar el muro que el republicano ha prometido levantar. Trump, ni corto ni perezoso, afirma que lo debería pagar el Gobierno de México, afirmación que creó un problema diplomático entre ambos países. Es más, el 31 de enero tenían una reunión en Washington que se cerró de malas maneras.

Bien, lo cierto es que Trump podría tener una opción más económica que recurrir al sector privado para levantar ‘su pared’: el ejército de EEUU.

Los militares americanos tienen experiencia en el levantamiento de muros de hormigón y así lo demostraron en 2008 en Bagdad. La primavera de ese año fue un momento complicado para los militares en suelo iraquí, los ataques llovían en la zona de embajadas extranjeras y las oficinas gubernamentales. Un punto de inflexión en el que el ejército de EEUU tomó optó por la construcción de un gran muro como herramienta de protección.

Lo que no imaginaba el ejército (o sí) es que un magnate hotelero metido a político republicano tomaría su estrategia castrense como uno de los puntos fundamentales de su programa electoral. Eso sumado a que Trump ganó los comicios ante la estupefacción mundial. Pero este es otro asunto.

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Donald Trump en una reciente imagen (Foto: AFP).

Solo en mes y medio militares de EEUU e iraquíes levantaron un muro con 3.000 losas de hormigón para bloquear a los combatientes enemigos, a pesar de los ataques casi diarios de éstos. La experiencia del ejército americano sale ahora a la palestra, sobre todo después de que la mayoría de empresas de construcción privada se haya negado a colaborar en un proyecto éticamente reprobable y económicamente beneficioso.

Aunque no todo han sido negativas por parte del sector, según parece en manos de Trump ya hay una lista de firmas que estarían dispuestas a poner en entredicho su ‘humanidad’ y ser el blanco de las críticas por parte de la opinión pública. Las empresas interesadas tienen hasta el 4 de abril para poner sobre la mesa sus propuestas y ampliarlas en el mes de mayo.

Desde el Gobierno del republicano piden que sea un muro al que no se pueda acceder ni por encima ni a través de un túnel, además, tiene que ser estéticamente ‘agradable’ cuando se vea desde el lado estadounidense.

Ahora, viendo que la construcción del muro parece inminente, los medios de comunicación de EEUU, como por ejemplo Bloomberg, alegan que la construcción sería mucho más económica si la hiciera el ejército, tal como pasó en Bagdad y la frontera de California en 2006 bajo el mandato de George W. Bush.

Defienden que las fuerzas armadas americanas ofrecerían ahorros significativos y han tomado como referencia la conocida ‘Secure Fence Act’ que aprobó Bush en 2006 y que permitía un levantamiento de muro adicional de cientos de kilómetros. Un proyecto de ley que “ayudará a proteger al pueblo estadounidenses, controlar nuestras fronteras y el sistema de inmigración”, rezaba el documento.

Para esta construcción adicional, que estaba a cargo del Departamento de Seguridad Nacional, se usó de manera habitual el trabajo de agentes de la Patrulla Fronteriza y personal del Departamento de Defensa.

Un proyecto con el que el Gobierno de Bush mató dos pájaros de un tiro: ahorró costes a las arcas públicas y aprovechó para que fuera parte de “su régimen de entrenamiento”, según un informe de 2009 hecho por el Servicio de Investigación del Congreso.

Según este documento, “los costes de la construcción podrían aumentar alrededor de cuatro veces más debido al uso de mano de obra comercial en lugar de militar”.

El personal de Defensa ya estaba entrenado para estos menesteres, pero tras la salida de Bush volvió a contratarse a empresas privadas. Liberó a los militares de la construcción, pero se elevó el gasto para los ciudadanos.

En Bloomberg, señalan que, a pesar de la experiencia de los militares en la construcción de muros, en este caso no sería posible. Alegan que los muros levantados en zonas de guerra no son tan extensos como el que quiere levantar Trump. Quizá, tardarían la vida en terminar ‘la obra trumpiana’.

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