Economía

Moody’s prevé que la economía española crecerá sólo un 0,9% en 2023 pero esquivará la recesión

Anticipa que el 60% de los países del euro registrará una contracción leve

La AIReF deja en evidencia a Calviño: la economía española crecerá un 1,6% en 2023

Moody's,
Cartel de Moody's.

La mayoría de la zona euro se verá arrastrada a la recesión este año como consecuencia del impacto negativo de la crisis energética, el aumento de los tipos de interés y la desaceleración del crecimiento global, según la agencia Moody’s, que anticipa que el 60% de los países del euro registrará una contracción leve de la que escapará España, con un crecimiento estimado del 0,9%.

«Las medidas de apoyo a nivel nacional y de la Unión Europea y la relajación de las interrupciones en las cadenas de suministro globales suavizarán algunos de estos efectos, pero aún pronosticamos que el 60% de los soberanos de la zona del euro estarán en recesión en 2023», dijo Heiko Peters, vicepresidente sénior y analista en Moody’s.

El experto advirtió de que las contracciones previstas para Alemania, Italia y Eslovaquia en 2023 empujarán los niveles de PIB por debajo de los previos a la pandemia. En este sentido, la calificadora de riesgos señala que el crecimiento del 0,9% pronosticado para España «no será suficiente para devolver su economía a los niveles previos a la pandemia».

En cuanto a los precios, la agencia prevé que la inflación se moderará levemente al 6,4% en 2023 desde el 8,5% del año pasado, debido a efectos de base relacionados con la energía, mientras que advierte del impacto sobre el consumo de los hogares, ya que es poco probable que el crecimiento de los salarios nominales mantenga el ritmo de los precios. De este modo, considera que los desafíos que enfrenta el Banco Central Europeo (BCE) para controlar la inflación aumentan el riesgo de que se afiance la estanflación, ya que los elevados precios de la energía contendrán cualquier recuperación importante en 2024.

Además, Moody’s apunta que, si se materializa, la estanflación podría tener graves consecuencias crediticias para algunos soberanos del sur de Europa, mientras que advierte de que, a más largo plazo, los altos precios de la energía también podrían debilitar la competitividad de los precios de la eurozona y conducir a un declive estructural de sus bases industriales en ausencia de una acción gubernamental eficaz. Por otro lado, aunque no es el caso base de Moody’s, una escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania que involucre a países de la OTAN y/o de la UE tendría implicaciones crediticias negativas.

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