Es momento de ser disciplinado
Ante el deterioro técnico que se produjo días atrás en los índices de bolsa estadounidense sería aconsejable, por principio de prudencia, que de forma temporal -y hasta tener una mayor visibilidad de los fundamentales económicos mundiales y de los resultados de la mayoría de las compañías cotizadas-, se redujera el nivel de riesgo global de las carteras de productos de inversión que podamos tener en estos instantes.
“Hay más cosas Lucilio, que nos asustan mas de las que nos aplastan; sufrimos más en la imaginación, de lo que sufrimos en la realidad…
…Lo que te aconsejo es que no seas infeliz antes de la crisis, pues puede ser que los peligros por los cuales te empalideces como si te amenazaran, nunca lleguen; ciertamente aún no han llegado. De esta forma, muchas cosas nos atormentan más de lo que deberían; algunas antes de lo que debería. Otras no deberían atormentarnos en lo absoluto. Tenemos el hábito de exagerar, imaginar o anticipar el sufrimiento”. (Extracto de la Carta 13: Cartas a Lucilio de Lucio Anneo Séneca).
Cuando uno define una hoja de ruta, a la hora de establecer una estrategia de inversión, conviene apoyarse en cuatro pilares fundamentales:
1. Coherencia. El objetivo es que todos los mensajes que se ofrezca a los inversores no sean confusos y guarden una línea argumental clara y no cambiante cada poco tiempo.
2. Sentido común. Hay momentos en los que los mercados financieros actúan de forma bastante irracional. Es en esos instantes, como apuntara el sabio filósofo clásico a su amigo y discípulo Lucilio, cuando más hay que seguir el sentido común y no dejarse llevar por los miedos y la esquizofrenia de muchos individuos que, al final, quizás sean más bien infundados e irreales.
3. Disciplina. A pesar de todo lo indicado anteriormente uno, como asesor y como inversor, jamás debe olvidar seguir una disciplina de compra o de venta de activos financieros. Esta disciplina de acción es un filtro muy importante tanto a la hora de poder consolidar determinados beneficios como por el hecho de evitar pérdidas irrecuperables sobre el propio patrimonio personal.
4. Transparencia. Un asesor financiero no sólo debe emitir mensajes claros y directos a sus clientes…sino que, además, debe en todo momento mantenerse muy cercano a éstos sobre todo si las cosas, financieramente hablando, no van bien.
Tomando como punto de partida los 4 pilares anteriores, hace meses que la estrategia de inversión que definíamos se basaba en un escenario central fundamentado en los siguientes tres factores:
1. No creer que fuéramos hacia un entorno de recesión económica a nivel mundial. Sí creo que caminamos hacia un escenario de cierta contracción o desaceleración económica pero aún pensó que estaríamos en un paso intermedio entre crecer a un buen ritmo económico y entrar en recesión.
2. Asistimos a una normalización de las políticas monetarias de los principales bancos centrales del mundo. Normalización que, en todo caso, pienso se llevará a cabo de una manera pausada.
3. Las bolsas, en general, no están excesivamente caras. La renta variable estadounidense es la que muestra unos ratios de valoración más altos, pero también es cierto que es la zona con mayor crecimiento económico y de beneficios empresariales, frente a otras áreas geográficas del mundo.
Este escenario central nos ha llevado a recomendar contar con cierto porcentaje en fondos con posiciones en bolsa, en un porcentaje que correspondiera a cada inversor en función de su perfil de riesgo. Sinceramente, creíamos que era un activo que podía aportar valor a las carteras de muchos inversores.
Sin embargo, la conjunción de una serie de aspectos negativos y generadores de incertidumbre ha hecho que, en este 2018, la mayoría de fondos de bolsa seleccionados no hayan logrado el resultado deseado previamente.
¿Qué está ocurriendo para que, sobre todo desde octubre de este año 2018, se esté produciendo este mal comportamiento en las bolsas de todo el mundo hasta el punto de vivir sesiones de alta volatilidad? Además de los “ruidos” geopolíticos, a los que ya nos hemos referido en artículos anteriores, parece que los inversores están empezando a descontar una recesión inminente tanto en Estados Unidos como en nuestra vieja Europa. Por otro lado, en nada favorece una posible normalización de las políticas monetarias por parte de la FED y de nuestro BCE, algo más rápida de lo esperado, a tenor de los últimos datos conocidos tanto de crecimiento económico como de inflación a uno y otro lado del Atlántico.
¿Pero, es esto racional? ¿De verdad creemos que nos vamos de “cabeza” a una recesión económica mundial inminente? Desde mi humilde punto de vista no. No pienso que vayamos en los próximos meses hacia ese escenario que ahora mismo parecen descontar los índices de bolsa y los miedos de muchos inversores. Sin embargo, ahí entra en juego el tercer pilar del que hablaba al principio: LA DISCIPLINA. Y siendo disciplinados, tanto en la gestión de activos como en el asesoramiento financiero, hay momentos en los que es conveniente aplicar un “stop de pérdidas” sobre las carteras de productos de inversión para evitar males mayores.
Aparte de chequear constantemente la evolución de los fundamentales económicos y empresariales de todas las zonas del mundo, también vigilo (junto con mi equipo) los soportes de muchos índices de bolsa.
En las últimas semanas se ha redoblado el esfuerzo de vigilancia sobre los cinco índices de bolsa estadounidenses más importantes (S&P 500, Nasdaq 100, Nasdaq Composite, Semiconductores y Dow Jones), con el fin de detectar si éstos perdían los mínimos anuales. En mi opinión, y contrastada con mis buenos colegas de @trader_secrets, si estos 5 índices (todos ellos) se sitúan, en cierre semanal/mensual, por debajo de sus soportes marcados en febrero de 2018 pudiera iniciarse un periodo correctivo en las bolsas aún más importante del vivido hasta ahora.
Sinceramente, creo que el escenario central económico mundial, y señalado anteriormente, se va a mantener aún durante un tiempo. Por ello convendría ser racionales y aplicar el sentido común y no dejarse arrastrar por los actuales acontecimientos en los mercados financieros. Sin embargo, puedo equivocarme.
Y lo malo no esto, ya que en los mercados financieros nunca se acierta siempre. El verdadero error sería no rectificar a tiempo y comprobar cómo caídas adicionales en las bolsas supusieran una losa muy difícil de levantar para sus patrimonios financieros. Por todo ello, y precisamente porque es momento de ser disciplinados, creo que conviene reducir el riesgo global asumido en sus carteras y, como ya he dicho en otras ocasiones, pensar que la liquidez es un decisión de inversión más.
En definitiva, y como apuntara William Shakespeare: “El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras”,
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