Mimucama, líder en servicio filipino: «hay clientes que nos llaman por lujo y otros por necesidad»
Los fundadores de Mimucama, Javier Peralta y María Marcos, explican a OKDIARIO cómo afecta la subida del SMI al servicio doméstico y las claves del éxito del personal filipino colocado en hogares españoles.
Hace ahora nueve años, en el peor momento de la crisis económica, nació Mimucama, una agencia especializada en el servicio doméstico filipino que en este tiempo se ha convertido en líder del sector en Madrid. Su éxito se debe a la combinación de dos factores: la profesionalidad del personal de servicio que coloca en los hogares madrileños y el aumento de la demanda de este servicio por parte de la clase media, para la que se ha convertido en una necesidad el poder contar con una persona de confianza que se encargue del cuidado de los hijos en el caso de que los dos progenitores trabajen.
Pese a que el personal doméstico filipino aterrizó en España para atender hogares elitistas, su buen conocimiento del inglés y su seriedad han hecho que en los últimos años, muchas familias de clase media también demanden sus servicios, en este caso, para el cuidado de los hijos. Así, en Mimucama cuentan con una base de clientes que va desde fortunas que quieren darse el lujo de contar en casa con alguien que cuide de ellos y su hogar, hasta familias en las que trabajan los dos progenitores y hacen un esfuerzo todos los meses para poder delegar el cuidado doméstico de los niños.
En una entrevista con OKDIARIO, los fundadores de Mimucama, Javier Peralta y María Marcos, certifican cómo la demanda de personal doméstico filipino es cada vez más fuerte en España. No sólo por el inglés, sino por la profesionalidad y seriedad que los empleados de esta nacionalidad han demostrado en los últimos años.
“La filipina es respetuosa, es trabajadora, es super puntual y además, cuenta con la ventaja del inglés”, explica Marcos. Sobre el idioma, Peralta puntualiza que “es la última ventaja porque antes hay otras muchas otras: su lealtad, su responsabilidad, el hecho de que el absentismo laboral sea prácticamente nulo y su inexistente conflictividad laboral…”. Así, “es un personal que destaca por su gran ética en el trabajo”, apostillan. Es por todos estos motivos por los que Mimucama se centró en el personal filipino a los pocos meses de comenzar su andadura en Madrid.
«Estamos enfocados en la demanda de personal filipino. Una diferencia es que no tenemos una admisión de CV, tenemos nuestra propia red de contactos y actuamos bajo demanda del cliente en función de lo que nos reclame», afirma Peralta. Con este sistema, entre las claves de su éxito, destaca la agilidad y los buenos resultados del personal colocado en estos últimos años. Prueba de ello, es que el boca a boca se ha extendido en estos años en su base de clientes más allá del año de garantía que ofrecen por cada empleado colocado.
Entre los clientes de Mimucama figuran varios tipos de familia. Según los responsables de esta empresa, “el personal doméstico filipino empezó en viviendas elitistas en La Finca o La Moraleja, pero ahora también trabajan en pisos, por ejemplo, de 100 metros cuadrados en la calle Príncipe de Vergara”. «Siempre hago una diferenciación entre los clientes que nos llaman por necesidad y los que lo hacen por lujo», afirma Peralta.
“La filipina es respetuosa, es trabajadora, es super puntual y además, cuenta con la ventaja del inglés”, afirma María Marcos.
A la par que esa “popularización” del personal filipino, se ha ido recortando la diferencia salarial que antes separaba a los empleados domésticos procedentes de Filipinas frente a los de otros países. “Ese gap que había antes entre filipinos o no filipinos se ha ido reduciendo. Ahora hay una pequeña diferencia, de unos 50 euros al mes”, afirma Peralta.
Desde Mimucama, reconocen haber sido contactados en los últimos meses por clientes preocupados por cómo puede afectar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) al personal doméstico que tiene en casa. Esta subida va a obligar a muchas familias a subir el sueldo a sus cuidadores o personal de limpieza.
“Ese gap que había antes entre filipinos o no filipinos se ha ido reduciendo. Ahora hay una pequeña diferencia, de unos 50 euros al mes”, según Javier Peralta.
“La subida del SMI afecta a este sector, como a todos”, explica Peralta. Con el nuevo SMI, siendo el salario mínimo de 900 euros por 14 pagas, al trasladarlo a las 13 pagas en las que se retribuye a este personal de servicio (con las dos medias pagas clásicas) sería de 970 euros por una jornada completa de 8 horas, afirman en Mimucama.
Este esfuerzo extra que tendrán que hacer las familias para pagar las nóminas de su personal de servicio se suma a la falta de ayudas en España para este fin necesario para quien tiene hijos y trabaja. Peralta señala que “hay una bonificación de las cuotas de la Seguridad Social, pero la Seguridad Social que se paga en España por las chicas es una burrada. Por una jornada completa, descontada ya la bonificación, se pagan 214 euros al mes, algo menos en el caso de las familias numerosas. Es un coste altísimo».
«No hay ayudas para desgravar de las rentas porque al final, para muchas familias, es una necesidad. Sin esto no puedes ir a trabajar», lamentan Marcos y Peralta. Según puntualiza Marcos, en países como Noruega o Dinamarca existen programas de au pair con un convenio con Filipinas que permite a las familias contratar a una persona de su confianza por un salario más asequible y da la oportunidad a muchas filipinas de aterrizar en Europa a través de estos países.